Reseña por: Amarilis Cintrón López – Historiadora
El talento de Luis Esteban Ortiz Ruiz le ha llevado a inscribir su nombre en un sitial especial en la historia de la música de Puerto Rico. Sus destrezas como trompetista, arreglista, compositor y productor le han llevado a tener una prolífica trayectoria musical. Ha cosechado múltiples éxitos y, a los casi 75 años que cumplirá el próximo 26 de diciembre, continúa inscribiendo nuevas páginas en el pentagrama musical. A sus 61 años activo en la música, ha logrado ver sus sueños de niño en realidad.
Cuando Ismael Rivera lo nombró Perico, como se le reconoce en el ambiente musical, cuenta Luis Esteban Ortiz Ruiz que El Sonero Mayor, le vaticinó que iba a dar mucha honra a su patria y así ha sido. Íntimo, su último concierto en el Moneró Café Teatro & Bar del Centro de Bellas Artes de Caguas, realizado el viernes, 15 de noviembre de 2024, fue una producción de En-Pareja-2, compañía de Carlos Esteban Fonseca y su esposa Sofía de la Cruz, quienes también son los propietarios del Moneró.
A las 8:51 de la noche, Perico Ortiz ingresó a la sala José Luis Moneró del Centro de Bellas Artes de Caguas, junto a cuatro talentosos músicos: el pianista Ángel David Matos, el saxofonista Ricardo Pons, el bajista Carlos Martínez y el baterista Iván “Banchy” Meléndez. Acompañado de su fiscorno y de su trompeta, el quinteto deleitó al público en un concierto Íntimo de hora y media de duración. A lo largo de la noche, el público se disfrutó la extraordinaria ejecución musical al ritmo del jazz latino y también se gozaron las sorpresas improvisadas al subir al escenario a colegas del ambiente musical como lo fueron la cantante salsera Virgen Milagros Orta Rodríguez, conocida como Choco Orta y el saxofonista José “Furito” Ríos.
Luego de culminar el primer tema, un “muchas gracias, buenas noches; bienvenidos al Moneró. Estamos más que felices y contentos”, fueron las primeras expresiones de Luis “Perico” Ortiz en lo que fue su segunda presentación en el café teatro que le trae recuerdos de la época de los setenta en Nueva York. Cada concierto de Perico Ortiz es un deleite por cómo entremezcla las historias de las composiciones e integra parte de esa trayectoria musical vivida de una manera amena y didáctica en ese intervalo entre un arreglo musical y el siguiente. Así dejó conocer que ese concepto de apreciar la música en los espacios íntimos como tituló su más reciente concierto, le permite una cercanía con el público que apoya la música.
Temas inéditos y temas populares en la época de los setenta en que estuvo en Nueva York conociendo y compartiendo con grandes músicos como Miles Davis, Mario Bauzá, el creador del AfroCuban Jazz, entre muchos otros, fueron parte del repertorio de la noche. El tercer tema inédito que compuso hace varios años, originalmente, fue estrenado con Furito Ríos en Mayagüez, y, precisamente, esa noche se lo dedicó a ese amigo, colega musico y destacado saxofonista que se encontraba entre la audiencia.
Continuó el concierto con la invitación al escenario de Carlos Esteben Fonseca para que le diera su interpretación al tema “Juguete”. Al llegar al escenario, Fonseca expresó que realiza esos inventos en el itinerario de actividades del Moneró para curarse, a la misma vez, que agradeció al maestro Perico Ortiz por la oportunidad de compartir tarima.
Carlos Esteban Fonseca presentó el tema de Tite Curet Alonso como un homenaje a Cheo Feliciano, y vaya manera de rendir tributo a uno de los grandes de Puerto Rico reconocidos en el mundo. Precisamente, fue el nombre de Cheo Feliciano uno de los artistas sobre los cuales, en una plática que sostuve con Rodolfo García (1946-2021), director nacional de Artes del Ministerio de Cultura de la Nación en El Viejo Almacén en la CABA, Argentina en agosto de 2015, quién al verme retratándome con una de las banderas que decoraba el restaurante, me preguntó la procedencia. Al dejarle saber que soy puertorriqueña, el primer nombre que mencionó fue a ese grande de nuestra patria, el gran Cheo Feliciano, el segundo el gran Danny Rivera.
El sabor de Juguete en voz de Carlos Esteban Fonseca junto al quinteto interpretando el tema al ritmo del Latin Jazz fue extraordinario y mereció varios aplausos de la audiencia. El siguiente tema que le ofreció a los presentes fue compuesto para su hermano musical Ray Barreto. Perico relató que el último concierto que Ray Barreto hizo en Puerto Rico se llamó “Toda una vida” y le prometió hacerle una composición que Barreto no pudo escuchar antes de su fallecimiento. Añadió que, entre las varias promesas que ha realizado, está el tocar esa sublime composición en honor y en tributo a Rey Barreto con la que deleitó a los presentes en el Moneró.
Con la jovialidad que le distingue y en la manera que también hace sus chistes en tarima, al presentar el tema Wave, expresó que tiene una historia de versiones; se compuso en Guadalajara, los estadounidenses lo adoptaron y fueron los brasileños quienes lo mejoraron. El chiste quedó completo cuando dijo que a Wave en México le decían Wey, provocando risas entre el público. Luis Perico Ortiz comparte su talento como músico y compositor, a la vez que incorpora el elemento educativo en diversos niveles; sea para educar al público o para relatar anécdotas que forman parte de la historia musical. Con la frase “los otros días me preguntaron algo”, llegó un momento importante para conocer más acerca de la ejecución de los músicos en el escenario. La pregunta: “¿Qué es la improvisación?, fue protagonista de un momento educativo e interesante en la sala del Moneró.
Luis Perico Ortiz expresó “la improvisación, -con el permiso de los que están hablando-…, la improvisación tiene que ver con dos elementos. Cada vez que ustedes vean un músico, sientan respeto hacia lo que nosotros hacemos porque nosotros lo hacemos de corazón para ustedes; no es un relajo, es una cosa bien seria para nosotros”, instante en que se comenzaron a escuchar los aplausos por el mensaje que estaba ofreciendo. Acto seguido, enumeró que “la improvisación se parte en dos sitios: la parte sublime que es la inspiración, yo oírlos, verlos, estar con los compañeros nos provoca a nosotros hacer algo y está la improvisación que tiene que ver con la parte teórica-técnica, con las horas que tenemos que estar nosotros metidos leyendo a escala, leyendo música para venir a tocar una hora aquí. Así que la música es una cosa bien maravillosa. Ustedes no tienen la idea de lo profundo que es el ser músico, de la bendición que tenemos nosotros de poder llevarles nosotros a ustedes bienestar en esta noche.” Bienestar y música para el alma fue precisamente lo que le ofreció a todos los que llenaron la sala del Moneró.
Un aspecto que resaltar de la frase “con el permiso de los que están hablando” es el respeto que le debe el público al artista que está en tarima, cuando esté compartiendo la interpretación musical o relatando las anécdotas que ha decidido que formen parte del espectáculo. El asistir a un concierto y tener a los músicos de frente en un ambiente tan íntimo como el que propicia el café teatro o en una sala de conciertos, resulta muy incomodo para las personas que van a disfrutar del evento, tener que lidiar con la gente que carece de cultura general y se pasan hablando o dando chistes interrumpiendo el que la audiencia pueda disfrutar a capacidad el espectáculo del artista que fue a apreciar. Un bravo para Perico Ortiz por ese detalle de exponer a los que estaban hablando y propiciar educadamente una cátedra del buen comportamiento en los espectáculos artísticos.
Luego, de poner al público a gozar del merengue fusionado al latín jazz, Luis Perico Ortiz invitó de sorpresa a Choco Orta a subir al escenario. Tan pronto la gente escuchó su nombre, le regalaron un aplauso, mientras Perico Ortiz resaltó que le extendía la invitación porque en pocas ocasiones han tenido la dicha de compartir tarima. Además, que destacó como parte de una presentación que resumió parte de la trayectoria de la salsera al nombrarla como “Una de las cantantes nacionales que puede hacer lo que le de la gana, salsa, bolero, todos los géneros habidos y por haber y por eso es que me atrevo.” Aprovechó el momento para dejarle saber a los presentes que “hace poco te homenajearon con un busto…; en vida”; momento en el que ya Choco Orta se encontraba en el escenario y pronunció “tengo la suerte en vida de ser la primera mujer de tener un busto en la Plaza de las Salseras y los Salseros, representando las mujeres.”
Las palabras de elogio de Choco Orta al maestro Perico Ortiz resaltaron el honor que sentía por la invitación para cantar a su lado. A la vez, expresó lo mucho que estaba “disfrutando, igual que las demás personas, de éste gran espectáculo y, sobre todo, escuchar esa voz, ese sonido tuyo, ese sentimiento.” Sobre el saxofonista Ricardo Pons mencionó que fue el arreglista del tema “Oriza” que formó parte del especial del Banco Popular de 2024. Posteriormente, le compartió al público que junto a Dave Valentín tocó en el Monumento al Renacimiento Africano, localizado en Dakar, Senagal el tema “Obsesión”, que fue la composición seleccionada para interpretar junto a los músicos que acompañaban a Perico Ortiz en el escenario del Moneró. Tras un lapso en que confrontó una dificultad vocal y optó por no continuar, el público no dejó que Choco Orta bajara del escenario y así pudo mostrar la capacidad del registro vocal con las notas altas extendidas y sus improvisaciones en tarima.
En el soneo que Choco Orta realizó, mencionó “amor que siento por ti Perico, por esta profesión” fueron parte de las improvisaciones con las que el quinteto de músicos puso en práctica esa improvisación que les salía del alma por el momento que se estaba viviendo en la sala del Moneró. Casi en la despedida, choco Orta continuó soneando “y así pasó, se terminó, y se trató de cantar con una galleta en la garganta y no hay excusa, aquí hay años de experiencia, y lo agradezco Perico, es un honor repito, muchísimas gracias a Carlos Esteban y también a Sofía y a la noche buena… y ahora yo me despido, maestro” en que relató parte de lo que allí ocurrió. El aplauso de la gente le dejó saber que agradecían el momento vivido.
“Estas son las cosas que pasan en el Moneró” expresó Perico Ortiz, antes de decir, “yo no sé si Furito tiene la flauta o el saxofón con él” y acto seguido lo invitó al escenario. Esa fue otra sorpresa de la noche en la que improvisó al invitar a los colegas músicos que fueron a verlo a su concierto y le regaló a la fanaticada memorias exquisitas. Furito Ríos subió a la tarima y Ricardo Pons le prestó el saxofón, convirtiendo el cierre de concierto en un momento, musicalmente, maravilloso.
Luis Esteban Ortiz Ruiz es uno de los músicos puertorriqueños que su habilidad como arreglista le ha permitido tener éxitos musicales que han recorrido el mundo con temas que trascienden el tiempo. Uno de esos temas con arreglo de su autoría es “Pedro Navaja”, que forma parte de ese emblemático disco Siembra de Rubén Blades y Willie Colón de 1978, cuya versión de aniversario de zafiro, Siembra 45 aniversario, grabada en el Coliseo de Puerto Rico en 2022, fue, recientemente, galardonada por la Academia de la Música. Que orgullo para los puertorriqueños que Perico Ortiz haya nacido en nuestra Isla.
La fanaticada de Perico Ortiz tendrá una nueva oportunidad de disfrutar su nueva propuesta musical el 11 de enero de 2025. Bajo el título “Por primera vez: salsa, bolero y jazz” se anticipa lo que será una velada maravillosa que los amantes del jazz disfrutarán a capacidad. Los boletos están a la venta en https://ticketera.com/luispericoortizporprimeravez/