Entrevista exclusiva con tres egresadas de la cepa #11 del curso de nuevos Productores y Promotores Agroecológicos del Proyecto Agroecológico El Josco Bravo
Entrevista por: Amarilis Cintrón López – Historiadora
La Escuela de Agroecología del Josco Bravo graduó en el mes de julio la onceava cepa de nuevos productores y promotores agroecológicos en Puerto Rico. En la graduación participaron más de 150 estudiantes de las once secciones que tuvo el Curso de Productores y Promotores Agroecológicos que se han estado formando alrededor de la Isla, distribuidos entre los municipios de Aibonito, Carite, Ciales, Gurabo, Loíza, Mayagüez, Orocovis, Ponce, San Juan, Toa Baja y Toa Alta, cede original.
Más de 20 docentes fungieron como facilitadores en la formación de los nuevos graduados que forman parte de la familia de la agroecología boricua. Al momento, la Escuela de Agroecología del Josco Bravo, fundada en el año 2014, cuenta con 1,250 egresados en su primera década de fundada.
En el interés de difundir la importancia y la visión de los gestores del proyecto agroecológico, desde la revista digital Guayciba, entrevisté a las egresadas Teresa Cosme Marrero, Zaida Adriana Goveo Balmaseda y Giovanna García-Valle quienes nos comentaron sobre su proceso de aprendizaje y la relevancia del proyecto agroecológico Josco Bravo. A su vez, tuvimos el espacio para dar a conocer la mirada al proyecto de la facilitadora agroecológica Suley Angélica Cruz Berríos y por supuesto, le compartimos el intercambio con Ian Pagán Roig, agricultor del sector Bucarabones en Toa Alta que dirige la Escuela de Agroecología del Josco Bravo.
Agradezco a la agricultora Teresa Cosme Marrero, conocida como Tere Cosme por servirme de enlace con sus colegas agricultoras y con el fundador del proyecto para la realización de las entrevistas para la revista digital Guayciba. La pasión con la que Doña Tere Cosme expone la importancia y la necesidad de continuar con el proyecto agroecológico y el amor por nuestra tierra son un gran estimulo. Por el contenido interesante expuesto en cada una de las entrevistas realizadas en los tres niveles de componentes del proyecto: estudiantes, docente y fundador, se publicarán por separado. En la primera entrega, conoceremos la mirada desde las egresadas del curso de Productores y Promotores Agroecológicos. La segunda entrega, recoge las expresiones de la facilitadora agroecológica Suley Angélica y en la tercera entrega, conoceremos las inquietudes, visión y misión que llevaron a Ian Pagán a fundar la Escuela de Agroecología del Josco Bravo y cuáles son los planes a largo plazo.
Proyecto Agroecológico El Josco Bravo: una mirada desde tres egresadas
Tere Cosme, una de las egresadas de la cepa número once del Proyecto Agroecológico El Josco Bravo, conocía de manos de su padre y de su abuelo los principios de la agricultura. Ávida de aprender nuevos aspectos de la agricultura y de perfeccionar lo conocido, se matriculó en la Escuela Agroecológica del Josco Bravo. Cuando uno la conoce, se desprende lo honrada que se siente de ser una mujer de campo y expresa con mucha pasión sentirse “orgullosa de formar parte de este proyecto”. Doña Tere siempre está con el interés de aprender algo nuevo y en esta ocasión, nos compartirá su experiencia como parte de la familia agroecológica del Josco Bravo desde febrero del 2024.
A sus 65 años, la madre de tres hijas y abuela de dos estuvo todos los viernes de 7 de la mañana a una de la tarde, durante 20 semanas, en un proceso de aprendizaje constante. Detalló que, de las 50 horas del curso, 40 horas se trabajan en la finca y 10 horas están destinadas a talleres o a las visitas a otras fincas para ayudar a los agricultores seleccionados. Como parte de ese aprendizaje, nos relató que el entrenamiento es tan abarcador, que cubre desde detalles básicos hasta los más complejos del proceso agrícola. Uno de los elementos que describió es cómo los facilitadores se aseguran de enseñarles sobre el tipo de herramientas y su uso/manejo adecuado. A su vez, les enseñan a conocer los suelos, el tipo de maleza invasora y hasta aprenden a realizar la composta. Luego, les enseñan a crear los semilleros y desarrollan la experiencia de trasplantar las semillas a los bancos de la tierra.
Para Doña Tere, esa experiencia le “pareció bien interesante, porque uno se siente que ya empezó a sembrar y es buenísimo”. De igual forma, relató que le fue de gran emoción saber que podían llevarse a sus hogares la cosecha de lo sembrado en el curso. De manera, que vivían el ciclo completo, desde el proceso de preparación de la siembra hasta consumir el producto agrícola en el hogar.
“Fue una alegría inmensa yo poder traer diferentes lechugas, los rábanos, las zanahorias, las calabazas para hacer las barriguitas de vieja en mi casa; fue muy emocionante”, mientras el timbre de su voz denotaba la alegría que expresaba entre sus palabras. Otro aspecto que resaltó es que “hay mucho compañerismo, respeto y se trabaja con mucha alegría”; tres cualidades fundamentales que resalta de su experiencia en el Josco Bravo. La música y el café siempre estaban presente. Nos contó que Julio, uno de los compañeros de curso decía que “la composta es la sangre de la tierra y la risa es el alma del espíritu”.
Para conocer cómo la lideresa Teresa Cosme, conocida como Doña Tere Cosme y algunos de sus compañeros agricultores vivieron la experiencia de la formación agroecológica, en entrevista exclusiva para la revista digital Guayciba le formulamos una serie de preguntas en las que el lector podrá apreciar el inmenso valor del proyecto agroecológico. De las respuestas a cada una de las preguntas, se aprecia que el proyecto agroecológico va más allá de la siembra en la tierra, pues también siembra la semilla de la creación de esa conciencia que le da valor agricultura en armonía con nuestro planeta.
ACL-¿Qué es la agricultura agroecológica?
A Doña Tere, como cariñosamente le conocen muchos, ve la agricultura agroecológica como ese proceso para producir los alimentos de manera sostenible y respetando el medio ambiente. La apodada “Una Jíbara de Campo” expresó que le gustó mucho la parte de combinar la teoría con la práctica interactiva del curso. Desde pequeña vio cómo su padre fue agricultor sin formación profesional, pero con grandes conocimientos en la práctica. A su vez, resaltó cómo antes no tenían la contaminación de pesticidas ni otros químicos, y en eso, resalta la importancia de lo aprendido en el curso sobre la agricultura agroecológica, pues retoman ese saber de los ancestros en el manejo de la tierra, respetando la naturaleza.
ACL-¿Qué aprenden los productores y los promotores agroecológicos en el curso?
Doña Tere resaltó que el aprendizaje es muy abarcador. “Nos enseñan a conocer los diferentes tipos de suelos, técnicas de cultivo sostenible, manejo de las plagas, a preparar la composta y a utilizarla.” A su vez, el aprendizaje sobre la siembra, le permitió reflexionar en la importancia que tiene la siembra en la vida para no pasar hambre y cómo se debe sembrar en los predios de la vivienda con el fin de crear un pequeño huerto en el hogar.
Entre los métodos de protección, les enseñan que siempre deben tener un sombrero, utilizar ropa de manga larga, pantalón grueso y botas. Además, fomentan el uso de cremas bloqueadoras para protegerse del sol. En cuanto al uso de herramientas, expresó les enseñan todo, partiendo desde lo básico. Por ejemplo, detalló que las lecciones van desde “cómo usar un machete y agarrarlo correctamente, tener el cuidado de no tener personas cerca cuando vas a utilizarlo para talar y así evitar un accidente. Enfocan en mostrarle la posición correcta de las piernas, aspecto que para Doña Tere es clave para el proceso del uso del machete “poner las piernas firmes, cuál va al frente y cuál atrás, el tipo de fuerza a usar con el machete, con la azada o con otras herramientas que muchas veces uno las utiliza sin tener ese conocimiento.”
Doña Tere es fiel creyente de socializar lo que ha aprendido y ha compartido las enseñanzas con sus hijas, nietos y con las personas que se encuentra en su diario vivir. “sobre todo, Amarilis, creo que tener el árbol de pana, uno de aguacate, plátanos y guineos, con eso, sobre vive cualquiera; porque hasta con un poco de aceite, si no hay el bacalao o la carne, para el que le guste mucho la carne, uno sobrevive con eso. Fíjate, y sembrar café o cacao, también es importante.”
ACL-¿Cómo fueron las sesiones de las clases?
Para poder graduarse, Doña Tere comentó que el 80 % de la clase es participación. Es bien importante la asistencia, el voluntariado y participar de brigadas nacionales que consisten en visitar, por lo menos dos fincas puertorriqueñas, que necesiten ayuda.
ACL-¿De dónde provienen los maestros?
“Los agricultores Ian Pagán Roig y Suley Angélica, son egresados de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Mayagüez, fueron los facilitadores agrícolas encargados de nuestra formación. Ellos se pasan adiestrándose y participando en talleres en y fuera de Puerto Rico”. Doña Tere destacó que “ellos viajan mucho, van a diferentes países y visitan fincas de cultivos, aprenden lo que hacen en otros lugares y nos traen esos conocimientos.”
ACL-¿Cuál es la importancia para el archipiélago puertorriqueño el crear proyectos de agricultura agroecológica?
Para Doña Tere Cosme es “vital fomentar la agricultura agroecológica por varias razones. Sembrar nuestra propia comida ofrece esa oportunidad de sostenernos a nosotros mismos, de proteger los recursos naturales y de estar preparados para alimentarnos, sin depender de lo que se importe del extranjero. Además, que obviamente, se tienen alimentos frescos y sin químicos.” Uno de los comentarios que resalta es cómo a través del conocimiento de las plantas, ella utiliza las plantas medicinales que cultiva en su hogar y también, es un ahorro al bolsillo, porque no tiene que comprar ciertos productos en el supermercado dado que los tiene en su casa, al alcance de sus manos.
De la finca a la mesa (Fotos de Tere Cosme-FB)
Sobre las personas que viven en espacios reducidos, el curso les ofreció alternativas de aprender a maximizar el espacio al utilizar las paredes, de manera ordenada y crear un ambiente acogedor alrededor de la comida cultivada. “Vamos a hacer de nuestra cocina nuestro mejor restaurante, con nuestra propia comida cultivada” expresó Tere Cosme.
Una exhortación que hace desde la sabiduría de sus 65 años es que “cada familia y cada ser humano que tenga tierra, que siembre, que construya su huerto casero, que cultive lo más que consuma y que le haga feliz.” El tema del hambre le resulta muy preocupante y dice que “nadie debe pasar hambre en el mundo y poder tener el bocado en tu patio es excelente. Los exhorto a que conozcan del programa del Josco Bravo en Toa Alta. De manera jocosa nos cuenta que “a mí me bautizaron como la madrina del Josco Bravo y me lo estoy tomando muy en serio.”
En varias ocasiones de la entrevista, resaltó su edad para establecer con énfasis que, a sus 65 años, “la edad no es un impedimento para aprender”. A la vez que confirmó que aprendió mucho de los jóvenes en el curso, al igual que de los maestros encargados de las clases. Gracias a la nobleza y gestión de Doña Tere al contactar a otras compañeros de la cepa número once, pudimos conocer otras opiniones que coinciden en relatar con entusiasmo evidente sus experiencias en la Escuela de Agroecología del Josco Bravo.
Entrevista a Zaida Adriana Goveo Balmaseda
Zaida Adriana tiene 35 años y viajaba de San Juan a tomar el curso en El Josco Bravo en Toa Alta. Igual que Doña Tere, destaca muchos elementos interesantes de su proceso de aprendizaje.
ACL-¿Qué aprenden los productores y promotores en el curso?
“En el curso, aprendemos acerca de tantos temas”, fueron las expresiones iniciales de Zaida Adriana, una de las integrantes de la cepa once de la Escuela de Agroecología del Josco Bravo. “Te empoderan en el conocimiento del suelo, la composta, los insectos, las semillas, el agua, los químicos y tóxicos, la siembra, el desyerbo y mantenimiento de la tala, el manejo agroecológico de plagas.” Continuó enumerando que también aprenden sobre: “cosechar, distribuir los alimentos que cosechamos y la importancia del apoyo mutuo, de las brigadas y el compartir de saberes”. A su vez, menciona cómo les enseñan a cerca de la sustentabilidad, la soberanía alimentaria y a ser compañeros de sueños y de luchas.” Aspecto que devela que el proyecto agroecológico Josco Bravo, es más que el aprendizaje de la trilogía: siembra-cultivo-alimentación, pues les crea esa conciencia sobre el trabajo en equipo y del pensamiento en comunidad.
Un aspecto que resalta de sus expresiones es el nivel de conciencia de “las implicaciones y repercusiones de las decisiones que tomamos cada día. Aprendimos que con voluntad y compromiso mucho se logra, también aprendimos muchísimo unos de otros y también a sentirnos más cercanos a esta tierra” destacó Goveo Balmaseda.
ACL- ¿Cuál es la importancia para el archipiélago puertorriqueño el crear proyectos de agricultura agroecológica?
Zaida Adriana considera que la creación de nuevas cepas que continúen el proyecto de agricultura agroecológica “es de suma importancia. Necesitamos sembrar, cuidar y cultivar nuestros propios alimentos; alimentos más sanos, libres de pesticidas, yerbicidas y otros tóxicos. Necesitamos aprender a hacer esto de una manera que considera todo el sistema: desde lo que necesitan nuestros cuerpos y lo que necesita el gran-cuerpo-tierra y todo lo vivo que existe en él. Los proyectos de agricultura agroecológica nos empoderan, y nos devuelven nuestra agencia sobre nuestra salud, nuestra alimentación, y nuestro terruño” expresó Zaida Adriana Goveo Balmaseda, a quién agradecemos su tiempo para darnos a conocer su pensar sobre el Proyecto agroecológico Josco Bravo.
Expresiones de Giovanna García-Valle
Giovanna García-Valle es una mujer de 34 años, nacida en San Juan. García-Valle se identifica como MexiCubaRican y al momento de la entrevista, se visualiza como una eterna estudiante. En ese deseo de aprendizaje, decidió formar parte del proyecto agroecológico en la faceta de estudiante con deseos de aprender para desarrollar su proyecto agrícola. Para García-Valle, “ser parte del Josco Bravo fue un honor, igual que una bendición. Entré creando conexiones entre el corillo, desarrollamos nuestra mente y el huerto.” De sus expresiones se aprecia esa colaboración en conjunto entre los componentes del proyecto agroecológico, que va más allá de esas horas contacto durante las clases.
El compañerismo que resaltan Doña Tere y Zaida Adriana es otro elemento que se repite en las expresiones de Giovanna. “El estilo del curso fluyó siempre. Especialmente, durante las semanas de cosecha.” Como parte de la experiencia de aprendizaje describió que había momentos de estar temprano en el huerto para la fase práctica en la que aplicaban los conocimientos teóricos. Para García-Valle, la dinámica de formar parte del proyecto El Josco Bravo le permitió aprender mucho sobre agricultura y, sobre todo, de otros aspectos de la Isla Grande en la que nació, pero que, por razones ajenas a ella, no pudo criarse y gracias a la educación recibida, logró una mayor conexión al conocer detalles de su nación. Agradecemos a Giovanna García-Valle por su tiempo para darnos a conocer su visión del proyecto agroecológico y lo que le ha aportado a su vida en su formación como ciudadana y como agricultora.
Le invitamos a leer la segunda entrega sobre el proyecto agroecológico El Josco Bravo en el que podrán apreciar las interesantes respuestas de la facilitadora agroecológica Suley Angélica Cruz Berríos. A su vez, les exhortamos a leer la tercera entrega que contiene la entrevista a Ian Pagán Roig, el agricultor visionario que dirige la Escuela de Agroecología del Josco Bravo.
Les invito a leer las siguientes entrevistas:
Segunda entrega: entrevista a Suley Angélica Cruz, una de las facilitadoras en la Escuela de Agroecología del Josco Bravo https://guayciba.com/archivos/42432
Tercera entrega: entrevista a Ian Pagán Roig, fundador de la Escuela de Agroecología del Josco Bravo https://guayciba.com/archivos/42430
Promoción del curso de Productores y Promotores Agroecológicos
El curso constituye una inmersión de 20 semanas de formación en agricultura ecológica. Incluye componente teórico, campo y práctica de 50 horas. La formación académica le permitirá a los egresados comenzar una huerta agroecológica de autoconsumo o una finca con propósitos comerciales.
En el 2025, el curso se estará ofreciendo en 7 secciones simultáneas alrededor de toda la Isla.
Viernes: Gurabo, San Juan, Toa Alta, Toa Baja y Mayagüez
Sábados: Loíza y Aibonito
Horario: 7:00 a.m.-1 p.m.
Convocatoria abierta hasta el 27 de diciembre de 2024
Curso comienza el 24 y 25 de enero de 2025
Para la solicitud y más información accede al siguiente enlace:
https://bit.ly/cursoagricultura2025
Cuota de materiales: $100
Puerto Rico necesita más proyectos así. Mi padre me decía que sembrar se convirtió para él una terapia y ver sus logros al cosechar me motivo a hacer lo mismo aunque he fracasado en algunos intentos no me quito. Ojalá hubiera más escuelas como estas pq es necesario que todos comenzamos nuestras huertas caseras.