Carmen Yulín Cruz y Wilda Rodríguez presentan “Mamama, yo quiero una amante” en Moneró Café Teatro & Bar Bellas Artes de Caguas

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Bajo el título “Las Vivianas” (2017), segunda novela de la autora y periodista Wilda Rodríguez, desarrolla el perfil de la depravación política y social del país a través de una dinastía de amantes.

Bellas Artes de Caguas presenta en su vigésimo aniversario “Mamama quiero un amante”, en dos únicas funciones sábado, 21 de octubre 8:30 p.m. y domingo, 22 de octubre a las 4:00 p.m. en Moneró Café Teatro & Bar.

Viviana Sanjurjo, personaje central de la novela, se ha tejido una vida adrede dentro de la corrupción y el poder. Pero sus muertos intervienen para torcer el desenlace de la vida de una mujer que quiere perpetuarse en sus hijas y nietas.

“A veces hay que irse al clandestinaje de la ficción para decir ciertas verdades que muchos piensan fantasía”, dice Rodríguez al referirse al estilo de sus novelas. La primera de ellas, El Cartel del Papel, se refería a la violencia y la corrupción como elementos comunes a la política puertorriqueña. La segunda, se adentra en la perversión de esa política, también desde la corrupción y la violencia, pero sobre todo desde la manipulación del poder.

La autora, sin embargo, se ocupa de intervenir la perversión con instancias gloriosas de la historia de Puerto Rico que confrontan tanto a sus personajes como al lector y aprovecha para hacer un recorrido por aspectos de la vida de dos grandes figuras del independentismo puertorriqueño: Pedro Albizu Campos y Filiberto Ojeda Ríos.

La portada de la novela es diseño del maestro Antonio Martorell.

¡Mamama, yo quiero una amante!

Cuando se publicó Las Vivianas, una de sus presentadoras tanto en San Juan como en Ponce fue Carmen Yulín Cruz Soto, a quién le gusta la novela, le gusta el tema, se la lee a su mamá y a sus amigas.

Tanto así que, en uno de sus viajes a Puerto Rico, Yulín nos convocó a una bohemia en su casa. Nos invitó a un arroz con pollo que nunca llegó y a una bohemia que no se dio en el término clásico de lo que una bohemia es. Lo que sí se dio fue una lectura divertidísima de Las Vivianas. Eso sí lo había anticipado. Que en la bohemia quería leer fragmentos de la novela de Wilda. Le dijo a Wilda que no olvidara su copia y a Tito Otero que llevara su guitarra.

Cuando llegamos a su casa, la composición del grupo parecía un entrampamiento político. “Así es que inician la campaña”, dije yo bromeando. Nada que ver con política. Yulín se tomó en serio la lectura y junto a Wilda dramatizaron los dos primeros capítulos de la novela, mientras Tito los acompañaba con la guitarra.

Música de tensión, música de aventura, música de pasión pedían las dos y los que poco a poco nos fuimos incorporando a la lectura con risas, chistes, imágenes visuales y hasta contoneos de cuerpo cuando Christie imitó a Viviana, la cubana.

Nos reímos tanto que a Ivonne Class se le ocurrió que podría dramatizarse públicamente y aquí estamos. No habrá sido el inicio de una campaña, pero sí posiblemente de una obra de teatro, un paso de comedia, una lectura dramatizada, un sainete o algo sin nombre aún.

“Mamama, yo quiero una amante” es el título que le puso Yulín.

¿Qué elementos debe tener? Lectura, drama, risas, naturalidad, visuales de lo que Wilda describe en la plaza del mercado de Río Piedras y otros espacios y figuras políticas. Música, pero integrada al texto; participación del público. Que se sienta que es una sala de amigos expuesta a un público más grande.

La participación de Wilda y de Yulín son puntuales y de sacarle chispa se encargará su directora escénica, la también actriz Cristina Soler.