
Producciones Contraparte celebró sus 35 años con la intensa obra «Flor de Presidio»
Reseña por: Amarilis Cintrón López – Historiadora
Las experiencias de vida de las confinadas en Flor de Presidio plasman a través de un intenso drama esa relación de poder, los temores, la violencia y la sororidad que viven las féminas en las cárceles. La convivencia en un espacio carcelario maximiza las situaciones menores que se pueden vivir en la libre comunidad. El libreto es intenso por la trama que nos presenta de las microhistorias de vida que cada una de las seis confinadas traen de sus respectivos pasados, mientras comparten el encierro como elemento en común. La trama gira en la experiencia carcelaria de Roberta, una mujer víctima de violencia doméstica que asesina a su esposo; su agresor, quién al ingresar a la penitenciaría se convierte en la líder de su galera. A través de la pieza, se observa cómo se desarrolla la lucha de poder para sobrevivir en un espacio que trae una carga social fuerte.






El dramaturgo Juan González-Bonilla ubicó la pieza en la década de 1980 en Puerto Rico, pero la trama sigue igualmente vigente y es representativa de las historias contemporáneas que viven las confinadas en cualquier país. Otro aspecto para destacar de Flor de Presidio radica en cómo se aborda un tema complejo con sensibilidad en la que también está presente el sarcasmo y el humor. Hay escenas que provocan risas en el espectador por cómo son manejadas por las actrices con suma gracia; lo que suaviza un poco la trama. Después de haber escuchado la explicación del apodo de La Chichi (Linnette Torres) o de las escenas de Mano Blanca (Aidita Encarnación Ilarraza) saboreando las naranjas premiadas con Don Q que tanto esperaba en las entregas familiares, ¿quién puede olvidarlas?
A través de los dos actos de la obra, se pueden apreciar las carencias sociales que llevaron a las presidiarias a caer recluidas en la penitenciaría. Sin embargo, el libreto está construido para provocar en el espectador esa conexión con las situaciones que se van relatando. Ya de por sí, el término presidiaria carga un estigma en la sociedad, pero la manera en cómo fue trabajado en el libreto e interpretado por cada una de las actrices, le da esa veracidad y respeto a situaciones que vive un sector de la población al punto de entender que son víctimas de la sociedad y las causas sociales ante la incompetencia del Estado lo que las ha llevado a ser confinadas.
Flor de Presidio visibiliza esos aspectos de los que pocos conocen en realidad y que Juan González- Bonilla al ser buen observador cuando visitaba a su colega actriz y amiga Lydia Echevarría en la Escuela Industrial para Mujeres en Vega Alta donde estuvo recluida, utilizó lo que vio para inspirarse a crear la pieza teatral. Según le expresó González-Bonilla a Edgar Torres en una entrevista realizada para la Fundación Nacional para la Cultura Popular, con motivo de una adaptación de Flor de Presidio a un monólogo que se presentó en Londres en 2023, “la obra no tiene nada que ver con Lydia”, pero lo que observó cuando la visitaba le marcó al punto que utilizó lo que iba recopilando para construir el libreto tan realista que con esta nueva puesta en escena, ha entrado en contacto con público en tres ocasiones distintas en dos generaciones (1989/1992 y 2025).
La primera puesta en escena de Flor de Presidio se realizó en el Teatro Alejandro Tapia y Rivera en 1989. El elenco dirigido por Dean Zayas estuvo compuesto por las actrices: Alba Nydia Díaz, Ángela Meyer, Carmen Belén Richardson, Flor Núñez, Johanna Rosaly y Sharon Riley. La segunda puesta en escena se llevó a cabo en el Centro de Bellas Artes de Santurce en 1992. El elenco de presidiarias compuesto por: Ángela Meyer, Alba Nydia Díaz, Gladys Rodríguez, Linnette Torres, Marilyn Pupo y Sonia Noemí González, junto a Kate Garrity interpretando la jefa de guardias penales estuvo bajo la dirección de Vicente Castro.
La reciente tercera puesta en escena de Flor de Presidio contó con destacadas actrices que representan una diversidad generacional en las tablas y en la vida real. El elenco compuesto por destacadas actrices puertorriqueñas fue de primera. Marilyn Pupo Oficial (Roberta), Idalia Perez Garay (Monserrate); ambas lideresas de sus respectivas galeras en las que estaba dividida la cárcel; Wanda Sais (Alma), Linnette Torres (La Chichi), Yamaris Latorre (Muñeca), Aidita Encarnación Ilarraza (Mano Blanca) y la actuación especial de Cristina Sesto (Cabo de Galera) realizaron unas interpretaciones que pueden ser descritas como magistrales y puntuales en cada uno de los personajes que les correspondió interpretar. El espectador sintió lo que debía transmitir cada personaje y cada una logra envolver a la audiencia en los micro-tramas que aborda la pieza.
Las guardias Fabiola Hernández y Ariana Torres junto a las presas: Amnerys Quiñones, Isarah Hernández, Laurianne González, Sonia Ramírez y Wilmylied López no tuvieron parlamentos asignados, sin embargo, su presencia fue útil en la recreación de las escenas. Tanto en el patio como en las celdas en ambas galeras, su actuación complementó la trama de la pieza.



La dirección escénica junto al diseño de vestuario y la bien trabajada escenografía a cargo de Miguel A. Vando provocan que el espectador sienta la veracidad de cada uno de los personajes y la ambientación en el interior de un sistema carcelario. Cada movimiento, casa risa y cada gesto fueron precisos. El trabajo de iluminación de Ana Salgado resaltó a las actrices y ofreció la adecuada ambientación que requería cada escena. El maquillaje y el peinado de Carlos Muñoz fue de primer orden. Todo trabajado con precisión y detalle.
Edwin Ocasio y Edwin Batista de Producciones Contraparte construyeron la escenografía, su atinado uso del espacio y la disposición de las rejas causan gran impresión. El trabajo de utilería y la exactitud con la que se pasaba de escena a escena moviendo las rejas y replicando en audio el sonido fue muy acertado. Esa noción de visualizar las dos galeras con sus respectivas camas y los pasillos o el patio mediante la ilusión que construían los barrotes fue un buen diseño.



Sobre lo personajes
Marilyn Pupo en su representación e Roberta estuvo magistral y demostró ese lado de ser doblemente víctima de la sociedad que condena a las mujeres que toman la justicia en sus manos ante la violencia doméstica. En su rol de jefa de la galera, mostró su lado de mujer sobreprotectora, se evidenció la empatía por lo que le sucede a otra de las reclusas a quién trata de cuidar de lo injusto del sistema carcelario, representado en la figura de Wanda Sais (Alma). Sin embargo, tiene esa dualidad de mujer fuerte que conoce cómo funcionan las reglas de la calle en el interior de la cárcel y maneja muy bien ese rol de jefa que defiende su territorio y a su gente. Demostró el temple ante la injusticia. Marilyn Pupo logró con acierto impregnarle los años de experiencia a su interpretación.





Idalia Pérez-Garay como Monserrate mantuvo esa tensión que correspondía a su personaje. Su proyección escénica y la naturalidad que le ofreció al personaje fueron el vivo ejemplo de esos años de formación y de experiencia en el teatro. Sus matices en el intento de mantener el control de su galera, la manipulación para acercar a Alma a su espacio y de evidenciar la corrupción que existe en un sistema que no rehabilita a las confinadas cautivaron a la audiencia. Su personaje pone en evidencia el contrabando y cómo se realizan acciones que aparentan ser buenas con una doble intención para mantener un estatus de liderazgo en el que hace todo a su alcance para tener lo deseado.




Wanda Sais en su rol de Alma, tal como el nombre de su personaje, le puso el alma a cada escena y le desgarraba el alma a los espectadores con ver su proceso de adaptación al sistema carcelario al que estaba confinada, pero sentía no pertenecer. Su papel tiene variados matices desde ese proceso de adaptación a la cárcel, el proteger su embarazo, el proceso del parto y cómo al final de la pieza, mantiene su individualidad en ese espacio fragmentado en bandos fue logrado con gran acierto.





Linnette Torres tuvo un papel divertido interpretando La Chichi, aunque también carga el peso de ser víctima de la sociedad que lleva a muchas féminas a recurrir a la profesión más antigua para alimentar a la prole y a buscar la manera de sobrevivir. Un aspecto que destaco de Linnette Torres es su capacidad camaleónica para interpretar personajes contrastantes. Expreso personajes en plural, aspecto que reconocerá quienes están al pendiente de las piezas teatrales que están en cartelera actualmente. Torres forma parte del elenco de Flor de Presidio, pero también estuvo en los dos últimos fines de semana de febrero en el CBA de Santurce y del 29 y 30 de marzo en Mayagüez, interpretando el complejo personaje de Margie en Magnolias de Acero y a una semana, estrena a “La Chichi” en Flor de Presidio con lo que demuestra su capacidad de memorización y de caracterizar prácticamente en el mismo periodo dos personajes que la llevan a sacar emociones y personalidades tan contrastantes. Excelente trabajo.



Yamaris Latorre representó con acierto los matices de su personaje Muñeca. En la medida que se desarrollaba el drama, Latorre supo provocar en el espectador esa rabia por la maldad que ejecutó provocada por las inseguridades que se manifestaban en los celos. Su acto de plantarle droga a Alma para inculparla en un delito para evitar la protección que Roberta le profesaba a Alma, a quién veía como una hija y no con interés carnal lleva a una reflexión en cómo los seres humanos actúan con maldad guiados por los impulsos sin medir las consecuencias de a quién daña en el proceso. A su vez, también plantea lo que es el trasiego de drogas al interior de los sistemas penitenciarios, que no rehabilitan a los ofensores de las leyes. Al final, tuvo que afrontar las consecuencias de tanta intriga solapada. Buena caracterización en un personaje que invita a la reflexión del proceder.




Aidita Encarnación Ilarraza en su papel de Mano Blanca, devela las miserias de la pobreza en cómo siendo víctimas de la ineficacia del Estado para propiciar calidad de vida en los ciudadanos, terminan cometiendo delitos para llevar comida al hogar. La crítica contundente al fracaso de las agencias gubernamentales que incumplen con su deber ministerial está bien definida entre sus parlamentos. Los que conocen la trayectoria profesional de Aidita, como compositora, directora musical, saben que posee una voz hermosa como cantante profesional, además de haber sido la voz del grupo Guayciba, tiene en su haber la participación en una cantidad de musicales. En su papel de Mano Blanca, su personaje tiene momentos que quedarán en el recuerdo por cómo plantea que adquiere su apodo por cómo las cosas se le pegan a sus manos como un imán, por su crítica al gobierno y por cómo evidencia las ocurrencias que viven los presidiarios para camuflar artículos prohibidos en las cárceles. Esa escena de la espera de las chinas que le envía su familia y la borrachera fue muy ingeniosa. A su vez, no es líder de la galera, pero es solidaria con las compañeras con las que comparte el dormitorio y ejecuta muy bien las variantes que vive un ser humano.



Cristina Sesto en su rol de Cabo de Galera, una Guardia Penal Externa ascendida a trabajar en las galeras representa esa otra parte de los componentes de un sistema carcelario. A través de su carácter en escena, se ven los excesos en el uso de la autoridad en las instituciones penitenciarias. A Sesto se le reconoce la fuerza que le impartió a su personaje, tal cual realizan algunas personas en la vida real cuando están en posiciones de poder contra sus subordinados.



Homenaje a Juan González-Bonilla de Producciones Candilejas
Al finalizar la presentación, el elenco fue saliendo a esa acostumbrada despedida del público, quienes le recibían con aplausos por cómo se desdoblaron en cada escena en la obra. En el instante que Marilyn Pupo salió al escenario, un grupo de fanáticas que viajaron desde Florida para verla y apoyar su trayectoria le entregaron un ramo de flores.


Un momento emotivo fue el homenaje que Edwin Ocasio le realizó al dramaturgo de Flor de Presidio, Juan González Bonilla y a Joseph Amato fundadores de la exitosa compañía teatral Producciones Candilejas que se mantuvo activa desde 1970 hasta 2019. El dúo dramaturgo-administrador conformado por González-Bonilla y Amato fueron los productores de una cantidad inmensa de obras que se presentaron en las tablas de distintos espacios alrededor de Puerto Rico. El discurso emotivo con el que se presentó su trayectoria reconoció el valor y la importancia de haber sentado una base importante en el teatro puertorriqueño, sobre todo, por esas temáticas innovadoras con las que presentaban aspectos de la sociedad que se llevaban a las tablas con sensibilidad.
Comportamiento en una sala de teatro
Un aspecto que merece un recordatorio a los espectadores es a guardar el respeto por el trabajo actoral. Cuando es una pieza dramática, no una comedia interactiva con el público, como lo es el drama que se presenta en Flor de Presidio se requiere de silencio absoluto y el evitar ruidos innecesarios en la sala para evitar afectar el trabajo de los profesionales de la actuación. En la función de estreno, el viernes, 4 de abril de 2025, diversas personas mostraron una conducta ajena a lo que se espera al asistir a una función teatral. Se escuchaba el cuchicheo constante en la voz de unos varones desafiantes a los llamados de los ujieres a que guardaran silencio. Los sonidos de las envolturas de los comestibles que ingresaron a la sala y el movimiento de los brazos de otra dama hacían resonar sus pulseras fueron totalmente inapropiados. Fue desesperante ver la falta de respeto a los actrices y a las amistades que fueron a apoyar al ver su puesta en escena en el teatro.
Las personas que se dedican a las artes logran calar tan profundo en la vida de sus seguidores que una presentación es motivo para organizar un viaje y verle en una presentación. Así ocurrió en el estreno de Flor de Presidio en que un grupo de fanáticas de Marilyn Pupo viajaron desde el estado de Florida, EUA para disfrutar la puesta en escena de su actriz favorita. Al culminar la obra, pasaron al camerino para un ameno compartir en el que una feliz y emocionada Marilyn Pupo les recibió son su característica sonrisa.

Gracias a Producciones Contraparte por traer este clásico de la dramaturgia puertorriqueña a nuevas generaciones que en las primeras puestas en escena no pudieron disfrutar la pieza. Mucho éxito a la compañía que fundaron Edwin Ocasio y Edwin Batista un 11 de abril de 1990. Tremenda celebración a sus 35 años produciendo teatro con la puesta en escena de Flor de Presidio. ¡Gracias por el buen teatro!
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