Por: Amarilis Cintrón López- Historiadora
La tarde del domingo, 25 de agosto de 2024 será recordada por los fanáticos de Braulio por la experiencia maravillosa de escucharle cantar sus éxitos junto a la Orquesta Filarmónica Arturo Somohano de Puerto Rico. La Sala de Festivales del Centro de Bellas Artes de Puerto Rico se transformó en ese escenario en que el romance y la música de cámara se fusionaron para vivir una velada exquisita. Si escuchar esas canciones que estremecen con su banda es un deleite, escucharlas en su versión sinfónica, bajo la magnífica dirección del maestro Roselín Pabón fue otro tipo de experiencia gratificante a los sentidos.
Los arreglos musicales para la interpretación sinfónica de los éxitos de Braulio estuvieron a cargo de Manolo Navarro y Johanny I. Navarro, quienes le otorgaron una nueva versión a esas canciones que han acompañado a varias generaciones por décadas. Los 30 músicos que integraron la Filarmónica estuvieron divididos en las secciones de violines, metales, maderas, percusión, piano/teclado y guitarra.
La banda original de Braulio, dirigida por el baterista Ito Colón, Manolo Navarro (piano), Sabú (percusión), Eggie Sierra (bajo), Juan Carlos Rodríguez (guitarra), Carlos Cruz (teclado), Yanira Torres e Iris Martínez en los coros se integró al espectáculo y también tuvo su participación sin la Filarmónica en algunos de esos temas icónicos de su repertorio. La producción de Rosalis Torres le ofreció nuevamente una experiencia musical de altura a los fieles seguidores del nacido en Canarias, España y muy querido en el archipiélago puertorriqueño.
El escenario estaba decorado por cuatro columnas de gran tamaño, iluminadas color amarillo. El comenzó el concierto comenzó con el romántico tema Sobran las palabras. Al finalizar la primera interpretación, Braulio Antonio García Bautista, su nombre de pila, se dirigió al público. “Buenas noches, muchas gracias, para mí es un verdadero placer estar con ustedes, que fue interrumpido por el sonido de una fémina gritándole “te amo”, que fue correspondido con un “y yo a ustedes”, al que le siguió, “a saber quién quiere más a quién”. Les decía que para mí es un verdadero placer volver a estar aquí, del que guardo gratísimo recuerdo y algún que otro un poco doloroso, aludiendo a la caída que sufrió años atrás. “Es un placer volver a estar aquí, sobre todo, con el arrope de esta extraordinaria orquesta filarmónica de Puerto Rico, dirigida nada más y nada menos que por Don Roselín Pabón”.
Braulio aprovechó para agradecer a Manolo Navarro y a su hija Johanny I. Navarro por los arreglos musicales, para acto seguido, resaltar la presencia de una familia que vino de España a ver ee concierto, el Dr. Quintero y la licenciada en Farmacia, Doña Celia García acompañados de sus hijos, Javier, Macarena y Nicolás; es mi hija y son mis nietos. En ese tono jocoso que le distingue, mencionó que no sabía si habían llegado para ver el concierto del Viejo o a disfrutar de la Isla, porque habían estado en Lares, en La Parguera, en la ruta del lechón y se han enamorado del mofongo con langosta. Posteriormente, les recalcó a los asistentes, que no habían “venido a ver un show, ustedes han venido a participar de un show”.
Al terminar el segundo tema, La más bella herejía, tomó su vaso con el “té escocés de 12 años” y compartió cómo en su momento sus canciones fueron prohibidas por ser consideradas atrevidas y ahora, esos temas podrían ser canciones de cuna, en contraposición a lo explícito de algunas letras contemporáneas, comentario que le provocó sonrisas al público. En referencia a la siguiente canción: ¿Por qué coño hemos cambiado?, relató que tuvo que ser modificada a ¿Por qué diablos hemos cambiado?, por la censura de la época. El acompañamiento inicial con la sección de violines, el sonido suave de la batería, los contrabajos y la guitarra le otorgaron nueva vida al tema, que con la sección de metales y maderas fue un deleite para escuchar. El escenario, con las columnas en amarillo y las luces resaltando el violeta, le dieron una atmósfera interesante a la presentación.
Braulio señaló que escogió los temas que más popularidad, que más han sonado y que no pueden faltar en un espectáculo. “¿Quién no ha vivido un amor cerca del mar?” preguntó y continuó su introducción resaltando que los isleños como él, han vivido amores caracterizados por los besos con sabor a sal y por eso escribió Amor de sal. El timbre de voz de Braulio con la Filarmónica en ese tema evocando los amores costeros.
“Bueno, hay una canción que no he escrito y “hay una versión de dos temas muy populares que las hago para vengarme”, a lo que añadió: ¿para vengarme de qué? Con su sentido del humor, Braulio mencionó que está cansado que hagan sus canciones en otros géneros musicales: merengue, salsa, bachata y acotó que aún no le han metido mano los reguetoneros. Entonces, presentó con su banda dos temas muy exitosos, la famosa composición de El africano del dominicano Wilfrido Vargas y culminó la participación de la “Venganza” con el coro de Palo bonito del boricua Chayanne, que provocó sonrisas, mientras el público disfrutaba esas versiones que ya había presentado en su concierto De regreso en marzo del año pasado.
Braulio siempre tiene algo nuevo que ofrecer a sus fanáticos. En esta ocasión, un tema a guitarra y bongó fue el espacio idóneo para verle tocar la guitarra. A su vez, hubo un momento pícaro en el proceso de quitarse la chaqueta, mientras la fanaticada femenina se escuchaba eufórica, entre las insinuaciones que le gritaban. Tras invitar al percusionista Sabú que lo acompañara para tocar Ojos que no ven, el ambiente se tornó íntimo y todos disfrutaron verle cantar y tocar su guitarra. La química que tiene con Sabú se evidenció en el escenario y todos disfrutaron a plenitud esa interpretación de un tema d 1984 no tan reconocido y que expresa el amor en otras formas no convencionales para la sociedad.
La gente le pedía que se quedara en la camisa y el bromista que existe en Braulio, les dejó saber que “no porque me enfrío y uno tiene su edad, recuerden que soy el más viejo en el escenario”. Se volvió a uniformar con su chaqueta y procedió a cantar el hermoso tema El vicio de tu boca con la Filarmónica, para el cual bajó a la zona del foso para cantarlo con su potente voz en mayor cercanía a la gente que le acompañaba a corearlo, mientras se veían los rostros de emoción de tenerlo a pulgadas de distancia.
Una de las composiciones de vanguardia que Braulio tiene en su repertorio es ¿Quién dijo que eso no es amor?, en la que habla del amor entre iguales, publicada el 25 de septiembre de 2016. Le relató al público que proviene de una ciudad pequeña y que en su pueblo, cuando se criaba había cierto grado de homofobia que se reflejaban en las bromas. Continuó su relato diciendo que “la vida te va enseñando que hay muchas formas de amar y que uno tiene que respetar los deseos, las filosofías y la necesidad de amor de cualquier persona, sea cual sea su orientación sexual”, que le mereció un fuerte aplauso.
Braulio compartió que en el año 2005 o 2006, tuvo un encuentro inesperado que tuvo con dos hombres en la playa de La Candela en el sur de la isla de Gran Canaria donde reside, uno de los caballeros le pregunta “¿Braulio, te acuerdas de mí?”, en referencia a uno de esos compañeros que tuvo cuando en España se tenían que examinarse de artistas para que le entregaran la credencial. Ese caballero, le presenta a su marido y era la primera vez que un hombre le presentaba a su marido, eso lo inspiró para reconocer que en esa vivencia había una canción. En la plática, le contaron las peripecias que habían pasado por 40 años de relación y de ahí nació ¿Quién dijo que eso no es amor?, cuya nueva versión sinfónica es una joya auditiva y fue ampliamente aplaudida.
Cuando se acaba la magia, según Braulio, es una de sus canciones más complicadas y la que le sirve de barómetro para saber cuándo se deba retirar del escenario, el día que no pueda cantarla. Las notas ejecutadas y su fuerza interpretativa ejecutadas al interpretar el tema son indicativo que queda Braulio para largo tiempo. La armonía en los arreglos musicales sinfónicos para Cuando se acaba la magia fue muy acertada. Con su particular humor y persona que le saca punta a todo, habló del bajo índice de natalidad en su natal España y pidió una voluntaria “que esté en ostensible estado de gravidez, o sea, que esté preñada”. Como no hubo voluntarias entre el público, destacó que entre la sección de violines había una fémina en estado gestacional y también estaba El culpable de embarazarla, tema que les dedicó a los futuros padres.
(Fotos de Félix Guayciba)
La metáfora para esconder un deseo se ejemplifica en el mensaje de Navegar en ti. Mencionó que estaba pensando llevarse «ese orquestón a Canarias», en evidente, alusión al espectacular sonido que le estaban otorgando con nuevas versiones a viejos temas. Nuevamente, se dispuso a bajar al área del foso, esta vez, por el lado derecho y entremezclarse entre la gente para cantar el esperado ¡Qué tentación!, que son el sonido de los violines y el acompañamiento de la Orquesta Filarmónica fue una absoluta maravilla.
Me han pedido que cuente la historia de lunchar, ¿la cuento o no? Aunque el público ya conoce la anécdota de la lengua intermedia entre el español y el inglés: el spanglish, la manera jocosa de Braulio relatar las expectativas que deseaba vivir en la habitación 343 del hotel Dupont Plaza en Miami, es un recuento esperado que siempre provoca las risas entre la audiencia.
El público coreó a viva voz Noche de boda, ese tema que sitúa la virginidad en algo más trascendente que ese espacio físico que exigen los hombres en una cultura patriarcal. El cambio de luces en las columnas de amarillo a verde y los colores con los que se iluminó el escenario de anaranjado a violeta ambientaron el espacio. Siguió el clásico Crónica de un viejo amor en su espectacular nueva versión. A su vez, el repertorio incluyó el tema inspirado en una noche de San Juan en Puerto Rico, que lleva por título Morir en San Juan, por esa impresión que tuvo cuando vio a un joven en evidente estado de desamor en la Laguna del Condado, mientras los demás se disponían a festejar con el chapuzón en la noche de San Juan. Los éxitos En la cárcel de tu piel y En Bancarrota, como la tradicional ñapa, fueron los temas con los que Braulio despidió el concierto sinfónico con la Filarmónica de Puerto Rico.
En entrevista exclusiva con pianista y arreglista Manolo Navarro, quién ese domingo estaba de cumpleaños y lo celebró en silencio en gran un escenario, haciendo lo que le apasiona y poniendo a disfrutar a la fanaticada de Braulio con las destrezas en los arreglos musicales que él y su hija lograron realizar con supremo acierto, relató que tomaron “las ideas de los arreglos originales y los orquestaron. Es decir, que las agrandaron y las asignaron a otros instrumentos y le integraron nuevos sonidos” que crearon la armonía que el publico pudo disfrutar a plenitud. Su hija Johanny I. Navarro, es especialista en orquestar y le impartió su sapiencia a los arreglos que crearon en conjunto. La Orquesta Filarmónica Arturo Somohano de Puerto Rico integró la sección de cuerdas (violines, bajo y contrabajo) metales (trombón, trompa francesa y la trompeta), madera (fagot, clarinete y flauta) y percusión para regalarle a los puertorriqueños una noche muy especial.
La fanaticada de Braulio quedó sumamente complacida de su primer concierto sinfónico en Puerto Rico con la Orquesta Filarmónica Arturo Sohomano. Desde ya, Puerto Rico queda en la espera de qué será lo nuevo que nos traerá Rosalis Torres como productora de Braulio en la Isla en un futuro concierto que combine sus grandes éxitos y otras hermosas letras que ha grabado en su ingente trayectoria musical.