Por: Amarilis Cintrón López-Historiadora
La celebración de las 6 décadas de trayectoria musical del trompetista Luis Esteban Ortiz Ruiz, conocido como Luis “Perico” Ortiz fue un agasajo a cada uno de los asistentes que llenaron a capacidad la sala de Felipe “La Voz” Rodríguez del Centro de Bellas Artes de Caguas. El sábado, 13 de enero de 2024, el concierto Tocando y Contando Historias fue una noche de celebración a la prolífica trayectoria musical del maestro Perico Ortiz, que también puede ser vista como una velada desde el agradecimiento por las historias que ha vivido en su carrera profesional. A su vez, se puede decir que fue una muestra de la hermandad que le vincula a destacados exponentes del género de la salsa a los que convocó y dijeron presente.
El reportero cagüeño Jorge Rivera Nieves fue el maestro de ceremonia encargado de amenizar la noche con sus intervenciones entre las que resaltan el que “la música nos enriquece, nos conecta, nos comunica, nos permite estar en hermandad y en paz”. Como parte de la audiencia se encontraba William “Willito” Miranda Torres, alcalde y presidente de la Junta de directores del Centro de Bellas Artes de Caguas. Miranda Torres fue el encargado de ofrecer unas breves palabras para celebrar los primeros veinte años del Centro de Bellas Artes de Caguas “como institución cultural de renombre” y para ofrecer un mensaje de felicitación, agradecimiento y reconocimiento al personal del CBA de Caguas por desempeñar un importante rol fomentando las artes en la ciudad criolla.
Tocando y Contando Historias fue una producción de Bellas Artes de Caguas Corp. y de su directora Ivonne Class que, según relató Luis Perico Ortiz, fue la persona que le apoyó desde el primer momento que le planteó el proyecto musical que deseaba organizar, hacía tres años atrás. Class le ofreció fecha y su apoyo para concretar el evento que fue un éxito de ventas, pues con mucha antelación, se habían agotado los boletos. Había presente medios de prensa de México, Colombia, Estados Unidos y Puerto Rico, así como fanáticos que llegaron desde diversas partes del planeta para disfrutar de un concierto que contó con importantes invitados como parte de los cantantes que acompañaron la extraordinaria orquesta dirigida por el maestro Luis “Perico” Ortiz. El libreto fue pensado para recorrer, paso a paso, la fructífera trayectoria de doce lustros de Perico Ortiz en el ambiente musical.
Una genialidad con la que el público comenzó a ofrecer los primeros aplausos fue la recreación de esa primera etapa de la infancia de Luis Esteban “Luisín” Ortiz Ruiz en el solo del talentoso niño trompetista Daniel Torres, que apareció en el escenario con las luces en los atriles de la orquesta como luminarias y una luz central sobre su figura, en la que resaltaba su imagen ejecutando la trompeta.
Luis “Perico” Ortiz se le unió y juntos ofrecieron un duelo de trompetas memorable que el público acompañó con sus aplausos. Moncho Rivera entró en escena, personificando a su tío Ismael Rivera, en ese momento en que bautizó al niño Luisín Ortiz Ruiz como Luis “Perico” Ortiz por ese tema de autoría del apodado “El sonero mayor” titulado “Quítate de la vía Perico” que el pequeño Luisín le mostró que ejecutaba con total dominio. Un abrazo entre ambos trompetistas selló el momento y Luis “Perico” Ortiz comenzó a contar la primera historia de la noche. “Muchas gracias, buenas noches. Hace 64 años que Ismael Rivera me bautizó a mí con el nombre de Luis “Perico” Ortiz y a Daniel Torres yo lo bautizo con el nombre del próximo Luis “Perico” Ortiz”.
El viaje musical por la trayectoria de Luis “Perico” Ortiz comenzó en voz de Moncho Rivera con Quítate de la vía Perico en la sección dedicada a Ismael Rivera, El sonero mayor. Imágenes de Maelo se proyectaron en la pantalla de fondo, mientras la orquesta dirigida por el maestro Perico Ortiz deleitó a la audiencia. El segundo tema correspondió a Bilongo con el que Luis “Perico” Ortiz resaltó en un exquisito solo de trompeta. Ante fuertes aplausos, Perico Ortiz agradeció la asistencia de su fanaticada por acompañarle en una noche tan especial y le extendió el agradecimiento a Moncho Rivera en nombre de todo Hispanoamérica por la representación que hace de su padrino musical.
El segundo relato correspondió a resaltar el privilegio de trabajar en la década del 60 y 70 con tres grandes figuras que pasaron a ser ejemplares; los Mambo Kings compuesto por Tito Rodríguez, Tito Puente y Machito. Añadió que, en la década de 1970, se convirtió en productor y arreglista de ellos en temas emblemáticos y les compuso Tres grandes amigos. Ortiz Ruiz dio a conocer que, en el año 2023, fundó el Instituto de Música Popular y Empresarismo Luis “Perico” Ortiz que apoya a nuevos talentos jóvenes.
Los timbaleros Manolito Rodríguez (a la izquierda) y Arianelys Ortiz Cruz (a la derecha) ejecutando sus respectivos solos en el tema Tres grandes amigos, en honor a Tito Rodríguez, Tito Puente y Machito.
En su función como filántropo en la música, Perico mencionó que visitó la Academia Peña, en el municipio de Humacao, donde le presentaron a la timbalera de la orquesta Arianelys Ortiz Cruz, una niña autista no vidente, que demostró cómo el lenguaje de la música se lleva por dentro y trasciende el alma cuando se ejecuta con el corazón.
El tema Tres grandes amigos fue interpretado en voz de Henry Santiago acompañado en inicio de la orquesta a la que se integró a Manolito Rodríguez aportando su sabor en el timbal en ese homenaje a los tres grandes timbaleros y al que se incorporó Arianelys Ortiz Cruz quién a su corta edad utiliza su talento para demostrar que no existen barreras que la limiten. Los rostros de los músicos en la orquesta evidenciaban que estaban disfrutando al ver a Arianelys ejecutar el timbal en ese solo que puso a gozar a los asistentes. Al sonido de la orquesta y de Manolito junto a Ariana en los timbales, Henry Santiago improvisó expresiones de agradecimiento mientras le regalaban al público salsa de calidad suprema. El primer aplauso de pie retumbó en todo el recinto criollo.
Fanáticos de Venezuela, Colombia, Panamá, Perú y México estaban presentes en el concierto cuando Perico Ortiz contó la tercera historia que tuvo al periódico venezolano llamado “Revista Swing Latino” como protagonista de su agradecimiento cuando le dieron la primera oportunidad de que su primer arreglo, en su primer disco convertido en su primer éxito radial fuera en Caracas, Venezuela. Perico Ortiz agradeció a Venezuela por ese apoyo importante en el inicio de su carrera. Resaltó que acompañarse de todos los músicos que le acompañaron en tarima era privilegio por el voto de confianza que le otorgaron a su proyecto y que poder tenerles a cada uno de ellos, a quienes vio desarrollarse y convertirse en artistas de renombre, vale mucho.
Julián del Valle fue el primero de los dos temas que le asignaron a Norberto Vélez quién bajó “Desde la loma” para compartir su carisma, sus pasos de baile y, sobre todo, su destreza vocal. Mientras el público disfrutaba de Julián del Valle, se fueron proyectando imágenes de un Perico Ortiz joven, alternando con fotografías recientes en sus recorridos por América Latina. De patitas, fue el segundo tema interpretado en voz de Norberto Vélez, que le mereció una ovación con la nota prolongada que ejecutó por varios segundos. El aplauso final fue una muestra del cariño que le profesa el público a Norbert Vélez y del aprecio a su ejecución en los temas. Perico Ortiz resaltó que “no todo el mundo puede cantar esto, saben”, a lo que Norbert añadió “ni yo tampoco”. Como parte de la historia que compartió de Norbert, destacó que era cantante de la orquesta de Elías Lopez, pero también de dedicaba a la empresa privada y su carrera es un ejemplo del emprendimiento. Norbert agradeció la oportunidad de acompañarle y en un tono jocoso, le dice “para la próxima una cancioncita más fácil, por favor.”
El espectáculo siguió en incremento de emociones y de historias. Perico Ortiz contó que, entre 45 y 50 años, tuvo el privilegio de conocer en Nueva York a la reina, a doña Celia Cruz, de tocar en sus grabaciones emblemáticas y de producirle discos con el gran trompetista dominicano Héctor “Bomberito” Zarzuela. Con el tono humorístico que le distingue, compartió que cuando conoció a la Guarachera de Oriente, pesaba 128 libras y era 26 de cintura. En la grabación de Químbara, la cubana le preguntó de dónde sacaba tanto aire porque era muy delgado. En una época en que grababa todos los días para los grandes amigos de la salsa, Bomberito Zarzuela desde el segundo día de grabación, comenzó a llevarle variedades de mangú para que echara par de libras, desatando la risa del público. “De ahora en adelante, a las nueve de la mañana, te vas a comer un mangú conmigo” y de ahí aprendió a comer mangú y al paso de un tiempo, cuando estaba grabando La reina es la rumba, ya Perico Ortiz tenía una barriguita y Bomberito expresó su frase de “Misión cumplida”.
Cuando presentó a La India, destacó que la conoció mientras estaba grabando un disco anglosajón a sus 16 años y hoy día se ha convertido en una de las voces más importantes en el género de la salsa. La India se confundió en un abrazo con Perico Ortiz, antes de expresar que “eres un orgullo de Borinquén” a lo que añadió que “viva el maestro Perico Ortiz, nadie suena esa trompeta como usted, Dios te dio a ti magia, sabor y muchas cosas grandes”. Al ritmo de Químbara en voz de La princesa de la salsa, se sintió el sabor de la Reina de la salsa en el Centro de Bellas Artes de Caguas. Los soneos con su potente voz, intercalados con los solos de trompeta de Perico Ortiz, fueron un deleite para los allí presentes, a los que se unió la participación de Manolito Rodríguez interpretando La reina de la rumba, mientras La India le acompañó en el coro y varios soneos, a la que se sumó el solo de David Marcano, timbalero de la orquesta.
La atmósfera siguió aumentando de nivel y cómo dijo Perico Ortiz, “la música es el alma de los pueblos”. La música es lo que nos hace vivir, nos hace vibrar e inclusive, transporta la mente a momentos donde la música activa los recuerdos como le sucede a su novia eterna Diana Vías, cuando le escucha interpretar Químbara, aún dentro de su padecimiento de Alzheimer. Entre su sinfín de historias, relató que durante la década de 1970, fue invitado al Yankee Stadium, concierto que se convirtió en el documental Salsa del que salió la grabación “Mongo Santamaría – Live at Yankee Stadium” en esa presentación del 26 de agosto de 1973, donde llenaron el estadio con cerca de 50,000 personas. La hermandad que recibió de las Estrellas de la Fania es lo que le recuerdan los integrantes del Big Band que le acompañaron en su concierto y para quienes pidió que se pusieran en pie, mientras recibían un fuerte aplauso.
Su gran orquesta estuvo compuesta en las secciones de trompetas por: Yturvides Vilchez, Jan Duclerc y Rolando Alejandro Lora, en los trombones por: Rafy Torres, Jorge Díaz, Randy A. Román, Mario Alonso Ángel Marulanda, en los Sax alto por: Antonio Luis Orta y Luis Fernando Hernández, Saxofón tenor: Luis Daniel Valentín Muñiz, saxofón barítono: Roberto Calderón, David Marcano (timbal), Gadwin Vargas Vélez (conga), Richard Carrasco Ayala (bongo), Juan Manuel Rivera Colón (piano), Carlos Luis Martínez Peña (bajo), y en los coros: Henry Santiago y David Carrero quienes luego del aplauso del público hicieron un gran homenaje a la Fania All Stars con el sabroso tema Coro Miyare.
En la siguiente historia, contó que Tommy Olivencia fue el encargado de que se convirtiera en productor musical, en esa orquesta que llamaban La escuelita. Perico narró su experiencia con el siguiente invitado a interpretar Atrevida y Planté bandera. Relató conoció a Gilberto Santa Rosa cuando tenía 16 o 17 años y su padre le comentó te voy a dejar el nene ahí, ¿a qué hora vengo a buscarlo?, cuando se disponía a grabar a ese jovencito que se ganó el apodo de El caballero de la salsa y el encargado de cerrar la primera parte del espectáculo. Los soneos de Gilbertito fueron aplaudidos y ese agradecimiento con el que, al ritmo de la salsa, le dejó saber a Perico el respeto que le profesa fueron bien acogidos por el público. Perico anunció que tomarían un breve receso como parte del intermedio.
La segunda parte del concierto inició con otra anécdota de Perico Ortiz en la que relató cómo deseaba realizar un homenaje a Ismael Miranda, uno de los compañeros de La Fania con quién ha compartido muchas vivencias. Para ese tributo al conocido como el Niño bonito de la salsa, se acompañó de Tony Vega, uno de sus hermanos musicales que interpretó los temas Así se compone un son y Borinquén tiene montuno, que le sirvieron a Perico Ortiz para ofrecer otro exquisito solo de trompeta.
Al presentar a Gerardo Rivas como siguiente invitado, a quién le asignaron el tema que originalmente, cantó Domingo Quiñones, ya que no pudo estar presente por motivos de trabajo, provocó la risa entre la gente cuando le expresó a Perico Ortiz, “yo te dije que sí, pero no me habías dicho que nación iba”. Luego de un “Oremos” de Rivas, comenzó la orquesta a sonar los acordes de Río abajo va, con un inicio de un solo de trompeta de Perico Ortiz, quién posteriormente, tomó el micrófono para realizar un dúo con Rivas, mientras en la pantalla se desplegaba un collage de las carátulas de sus grabaciones y de imágenes de diversas etapas de su vida. En el tema Perico lo tiene, Gerardo Rivas expresó que estar cantando con Perico Ortiz era un sueño convertido en realidad y que se iba a sentir completo al acompañarse de su señor padre, el cantante de El Gran Combo, Jerry Rivas, quién demostró sus dotes con las cuerdas tocando el tres. Perico Ortiz invitó a Richie Bastar al escenario quién tomó posesión del bongó y se formó tremendo junte que destiló puro sabor a salsa. Rivas hizo de las suyas tocando el tres, dando sus pasos y cantando el coro demostrando lo que estaba disfrutando al estar compartiendo en ese momento de hermandad musical. En el solo de tres de Jerry Rivas, fue otro momento divertido y de apreciar su faceta como músico. La coreografía entre padre e hijo fue ampliamente disfrutada por los asistentes. El público de pie, bailando desde sus asientos, dejó ver lo mucho que se estaban gozando el conciertazo. Un fuerte aplauso fue ofrecido a Don Rafael Ithier cuando Jerry Rivas resaltó que estaba en ese escenario gracias al director y fundador de El Gran Combo de Puerto Rico.
En cada espectáculo que presenta Luis “Perico” Ortiz Ruiz, cumple la promesa que le realizó a su madre Natalia Ruiz de cantar su tema favorito Perfume de Gardenias de Rafael Hernández. El tema dedicado a su madre, también lo convierte en una celebración a la mujer. Luego de su exquisito solo de trompeta, Gilberto Santa Rosa se acercó al escenario para regalarle al público su voz en esa hermosa interpretación en la que se escuchaba tenuemente y en armonía el acompañamiento del bongó y la conga.
Una amistad de medio siglo le une al siguiente invitado, con el que se reunía en Nueva York para sostener conversaciones inteligentes con el fin de buscar un bienestar social, cuando tocaba con la orquesta de Rey Barreto y Perico era el director y primera trompeta de Johnny Pacheco. Perico Ortiz resaltó que la música es un instrumento para traer bonanza a la sociedad, un momento previo a recibir a Rubén Blades con el tema Plástico. Una imagen de ambos se acompañó de la fecha de inicio de la amistad que inició en el Gimnasio Nuevo Panamá, un 15 de junio de 1974, que fue intercambiada por varias fotografías que reflejan las memorias de su hermandad.
Tal cual lo decía el título del espectáculo, se fueron cantando y contando historias, de principio a fin del concierto. La historia de la hermandad con Rubén Blades formó parte de las narraciones que Perico resaltó y que el mismo Blades incorporó en su participación. Como preámbulo al tema Pedro Navaja, Rubén Blades contó que irónicamente, fue el tema que “dijeron que iba a ser la muerte comercial de Willie Colón y 45 años más tarde, aquí está el hombre que hizo el arreglo, Luis “Perico” Ortiz”. Al finalizar, luego de fundirse en un abrazo con el también nacido en Trastalleres en Santurce, agradeció el ser integrado al espectáculo y el poder “brindarle mi aprecio, mi respeto y mi reconocimiento a una figura como Luis “Perico” Ortiz. El éxito nunca es de una sola persona, es el producto de una serie de contribuciones” a las que añadió que Luis “Perico” Ortiz es un ejemplo a seguir”.
Un momento emotivo, que le hizo poner la voz temblorosa a Luis “Perico” Ortiz fue cuando habló de la relación hermosa que ha tenido con su novia eterna, quién por su condición actual de salud no pudo estar presente físicamente. Posteriormente, se dirigió al público para decirles, “no les dijo adiós, sino que les digo a ustedes ‘Hasta siempre’, tal cual se reflejaba en una imagen acompañado de su amada Diana Vías en la pantalla, mientras todos los cantantes se integraron a un soneo colectivo en el tema Como vivo yo.
La velada única en su categoría tuvo un gran equipo de producción, una magnífica orquesta que estuvo toda la noche dando cátedra de las armonías y un conjunto de invitados que lograron realizar un espectáculo que le ofreció un incremento de emociones constante a la audiencia. El número de cierre en el que todos participaron cantando Como vivo yo fue otra experiencia sensorial auditiva para culminar una noche en la que se cantó y se contaron historias de la trayectoria musical de un gran trompetista, arreglista, compositor, productor, filántropo y un ser humano de gran sensibilidad. Ya muchos separaran la fecha del segundo sábado de enero de 2025 para presenciar la nueva oferta musical que ofrecerá en Tocando y Contando Historias 2.
Gracias por esta reseña tan completa y disfrutable.