Por: Amarilis Cintrón López-Historiadora
Las mentes creativas con el paso del tiempo se ponen más productivas. Cuando integramos la creatividad y la versatilidad, la periodista Wilda Rodríguez, conocida como la Decana del periodismo en Puerto Rico, lleva gran ventaja en destacarse con ambas cualidades. Wilda Rodríguez, lo mismo escribe novelas, un libro de recetas, graba episodios para su podcast, hace en vivos para mostrar su talento culinario, redacta el libreto de una parodia en la que ella misma canta y también, es capaz de diversificarse, construyendo el guion de una pieza de teatro en la que también actúa. A sus 77 años está sumamente productiva y ocupando un espacio necesario para llevar mensajes de crítica política y social, con su característico estilo del humor. Mientras van pasando los años, afina la tinta con la que esboza sus letras.
Después de celebrar con gran éxito su cumpleaños a inicios de septiembre 2023, con la parodia político musical, ¡Hasta las tetas!, le ofreció al público la obra “Mamama, yo quiero una amante”. Su nueva entrega artística se gestó a raíz de una sugerencia de Ivonne Class, directora del Centro de Bellas Artes de Caguas, quién con su agudeza para las artes, vio en un momento cotidiano entre amistades la posibilidad de llevar esa lectura dramatizada a las tablas. Wilda Rodríguez se puso en acción y convirtió en realidad la redacción de lo que podría clasificarse como teatro de comedia-reflexivo. La atmósfera de la pieza da una mirada a lo que ocurrió en esa reunión entre panas, el día que Carmen Yulín invitó a par de amigos a leer la obra Las Vivianas de Wilda Rodríguez a la casa de su madre.
La invitación tenía como motivo bohemiar, realizar la lectura de Las Vivianas y comer un rico arroz con pollo hecho por Yulín. Los asistentes al Café Teatro & Bar Moneró del pasado sábado 21 y el domingo, 22 de octubre fueron partícipes de cómo la sala localizada en el tercer piso del Centro de Bellas Artes de Caguas se transformó en la sala del hogar de la madre de Carmen Yulín, donde el público al convertirse en los vecinos observadores de lo que en su interior acontecía, también tuvo parte activa en la integración pautada entre algunas de las escenas.
Hay que resaltar, que más que una obra de teatro, la pieza parecía un junte grande de amistades que disfrutaban esa lectura dramatizada de la pieza. Las actuaciones fueron sobre sí mismas, intercalando con los personajes de la novela. La primera escena comienza con una pre-grabación en que el narrador dejó saber el contexto de la pieza, en que los amigos convidados a la reunión de la lectura de Las Vivianas ya estaban en la sala de la casa, esperando a Yulín y su arroz con pollo. La pieza dirigida por la actriz y directora teatral Cristina Soler, quién también actuó, tuvo como actrices a la autora de la pieza, Wilda Rodríguez y el debut de Carmen Yulín en el teatro, junto a Antonio Caraballo (guitarra), Luis “Amed” Irizarry (piano) y Diego Centeno (percusión) en el acompañamiento musical.
Un libreto de ficción como recurso para dar a conocer detalles que se desean expresar en la realidad cobró vida propia. La avidez de su redacción para desarrollar esa introspección en los personajes también provoca una reflexión en el lector que pasa poco más de 70 minutos riendo y gozándose el ingenio de su autora. De ese proceso de pensamiento profundo que logra, mientras se integran las risas a lo largo de la pieza, hay un recorrido musical que comenzó con Cachita y cuando la Yulín llegó, los músicos, vacilaron con unos acordes del himno del Partido Popular Democrático al que se desafilió pasados los comicios 2020. A lo largo de la trama, la producción utiliza la pantalla en la sala del Moneró para complementar visualmente el diálogo que incluyó a patriotas como Blanca Canales, el maestro Pedro Albizu Campos y el comandante Filiberto Ojeda Ríos junto a otros personajes mediáticos, cuyas referencias fueron hilvanadas para provocar diversas reacciones en el espectador.
Un aplauso al observar en una foto y escuchar al vendedor de azucenas se escuchó entre el público. Entre medio de los parlamentos, se escuchó el audio característico del cine y la frase los colores de mi tierra, tema compuesto por Alberto Carrión, al que Carmen Yulín acompañó raspando con el güiro. En el interín, invitaron a la vecina Chabela Rodríguez que se integró para ofrecerle al público el tema Amanecer borincano que Yulín acompañó con el güiro.
El junte de las tres mujeres prometía ser pura dinamita y así fue. A los presentes, les causó buena impresión ver cómo Yulín Cruz pudo haberse dedicado al teatro profesional, de no haber seleccionado hacer carrera en la política. Su interpretación de sí misma, en esa lectura de Las Vivianas dejó ver su sentido del humor y permitió conocer su talento en las artes musicales como instrumentista de güícharo, pandereta, maracas, y hasta en sus dotes vocales con afinación, que le mereció aplausos cuando sorprendió a la audiencia con su buen canto.
La Yulín canta afinado y se le veía muy natural en el personaje que representaba. Dentro de la lectura de Las Vivianas, Yulín le correspondía leer a la nena, a Cristina Soler a la madre y a Wilda Rodríguez a la abuela.
En un aparte con Guayciba.com, Carmen Yulín se manifestó sobre su debut en el teatro. Recalcó sentir un mayor respeto por los profesionales que se dedican a las tablas. Relató que es increíble el trabajo que se hace previo a un estreno, pues en ese proceso de dirección, muchas veces, se llega con un libreto marcado y se sale con uno completamente nuevo, que se tiene que aprender para volver a ensayar al siguiente día.
Como temas transversales que intersecan la historia de Mamama, yo quiero una amante con la historia de Las Vivianas está la la vida de Don Pedro Albizu Campos y la complicidad de la gente de Hormigueros con el Comandante Filiberto Ojeda Ríos y el detalle que los partidos que se alternaban en el poder en Puerto Rico eran partidos de amantes. Las amantes y los amantes eran los verdaderos titanes detrás del poder. Un recuento de los gobernantes con amantes de Puerto Rico comenzó con Luis Muñoz Marín quién se casó Doña Inés, después de tener dos hijas bastardas y enviar a hacer la primera ley para que aprobó fue para legalizar los hijos bastardos. Otro, se casó con la enfermera de su mujer, tan pronto enviudó. Otro protagonizó el escándalo de dejar a su esposa de toda la vida para casarse con una bella y joven ayudante. Otro enviudó ya viejo y se casó con la amante que tuvo cuando era gobernante. Un presidente del senado se vio en apuros cuando a su amante le dio con instalar un jacuzi en su oficina que salió en las primeras planas de los periódicos. La amante de un medico recaudador de fondos era más temida que Mata Hari, la primera mujer gobernante se divorció para casarse con otro en los jardines de la fortaleza. El amante de un gobernante dirigió todas sus campañas desde que comenzó su carrera política en la asamblea municipal de su pueblo. El personaje de Cristina Soler, se vaciló a Wilda porque carpeteó a medio mundo con la licencia literaria.
Inclusive, la caricatura de un gobernante se evidenció con el personaje de Machito, al que le querían limpiar el nombre, pero cuyo apodo hacía referencia a querer aparentar más fuerza de la que tenía. Había sido lanzado para la gobernación por falta de un mejor candidato y haciendo creer que estaba capacitado para el cargo. Pronto supo que no lo estaba, no era bruto, pero era políticamente inculto. Él solito se dio cuenta que carecía de lo básico para gobernar el país.
Otra de las críticas puntuales a lo que se vive en Puerto Rico recae en las personas que no quieren a la patria, pero solamente quieren una parte del banquete para repartirse la riqueza a través de la miseria a la que someten al pueblo. La enajenación en que vive gran parte del pueblo, los lleva a ser cómplices de los administradores de la colonia de la cual sacan ventaja personal, fue el tema de cierre de la pieza en que queda la esperanza de aquellos que aferrados a su trinchera procuran que el puertorriqueño despierte. Chabela Rodríguez regresó al escenario para cerrar con la pieza musical “Coño despierta boricua”. Un homenaje al gran Gary Núñez de Plena Libre se realizó al finalizar la pieza.
De la mano de Wilda Rodríguez nos seguirán llegando sorpresas, pues su creatividad no tiene límites. La Decana del Periodismo es una mujer con un sentido del humor exquisito y ya se espera la siguiente ocurrencia con la que provocará las risas de la audiencia, mientras pone a reflexionar con su particular estilo de historiar mediante la sátira y la parodia lo que acontece en el archipiélago borincano.