“Contra todo pronóstico” conformó la atmósfera sabinística perfecta para una bohemia colectiva

Foto de Félix Guayciba

Por: Amarilis Cintrón López- Historiadora

Hay artistas que incursionan en el pentagrama musical, crean su estilo y al obtener el favor de la gente que disfruta su estilo musical, provocan neologismos de referente para identificar a sus seguidores.  El verbo: sabinear, en gerundio: sabineando o el sustantivo: sabineros para referirse al colectivo que disfruta la música de Joaquín Sabina, son términos que aluden a los fanáticos del trovador pueblerino, de irreverentes letras llamativas y un bohemio empedernido.  Su timbre de voz le distingue y aunque, hace un par de años, su condición de salud puso en estado de alerta a sus fanáticos, a sus 74 años, sigue provocando el disfrute de un buen sabineo.

La versión reducida del Coliseo de Puerto Rico se llenó de sabineros que disfrutaron el reencuentro con el cantautor español que indicó tener corazón boricua.  El primer tema con el que su gira “Contra todo pronóstico” se llevó a cabo en Puerto Rico el viernes, 20 de octubre de 2023 fue Cuando era más joven, del exitoso álbum Juez y parte (1985).  Ataviado de chaqueta negra de líneas verticales blancas, su guitarra y su distintivo sombrero, con unas proyecciones de un tren que se intercalaron con una simulación colorida de los negativos de un rollo fotográfico de un Sabina joven, crearon la atmósfera perfecta para una bohemia colectiva.

Al terminar su primera interpretación se dirigió al público.  Expresó su agradecimiento con un “Buenas noches, gracias por venir porque me han dicho que está lloviendo mucho”, seguido de un “creo que hace como seis años que no veníamos a esta fantástica isla y mi corazón boricua ya tenía ganas” que desató los gritos y aplausos entre los asistentes. Continuó declamando un soneto que emocionó a la audiencia cuando comenzó expresando “Otra vez, de escenario en escenario, de hotel en dulce hotel, del caño al coro, otra vez despidiéndome del foro, cambiando de estación en calendario, otra vez renovando el diccionario de rimas a la busca del tesoro, plagiándome a mí mismo como un loro, haciendo habitual lo extraordinario, hospitalarias calles añoradas que perfuman la piel de mis baladas con un sabor de añejo villancico, patria del corazón del fugitivo que celebra el milagro de estar vivo en el Viejo San Juan de Puerto Rico” fue parte de ese regalo a los puertorriqueños, antes de continuar su espectáculo.

Luego de compartir el soneto, interpretó el tema Sintiéndolo mucho que lleva el título homónimo del álbum del viaje musical de la película documental que realizó Fernando León Aranda sobre la vida de Joaquín Sabina.  El tercer tema del viaje musical fue Lo niego todo, al que le siguió Mentiras piadosas y Lágrimas de mármol.  Pareciera que el orden de la selección de los títulos de las canciones pudiera relatar unas breves historias de cómo un personaje termina con un Lo niego todo, diciendo Mentiras piadoras, mientras derrama Lagrimas de mármol.

Un aspecto que resalta del cantautor es su faceta como pintor que posee una colección de esos trazos que llena de colores en sus espacios entre espectáculos, que bien utilizaron en algunos momentos para acompañar en las proyecciones, mientras interpretaba sus canciones.  Esos garabatos que el propio Sabina pensaba que no tenían valor artístico y que eran un mecanismo de ocupar su mente en esa vida de hotel en hotel o en su propia casa fueron publicados por la editorial Artika bajo el título de Garagatos bis.

Continuo su presentación con una secuencia de títulos que pondrían a jugar a un creativo de las palabras para construir nuevas historias con los temas Cuando aprieta el frío por El bulevar de los sueños rotos; llueve sobre mojado.  El tema El bulevard de los sueños rotos fue dedicado a su amiga costarricense que se pasó cantando en México y que Sabina tuvo la distinción de escribirle la canción en vida. Relató con emoción la anécdota de cuando se la pudo cantar mirándole a los ojos.  Sabina resaltó que “esta canción no es para llorar su muerte sino para celebrar su fantástica vida” en referencia a Chavela Vargas.  Unas imágenes de calaveras y los banderines típicos mexicanos, junto a una Mara Barros que se puso un poncho rojo aludiendo a la descripción del tema cuando le acompañó a cantar para honrar la memoria de María Isabel Anita Carmen de Jesús Vargas Lizano, conocida en el ambiente artístico como Chavela Vargas o por La Voz áspera de la Ternura fuerte y armónica debido a tu timbre de voz.

Jaime Asúa inició a cantar el tema Llueve sobre mojado que continuó en el repertorio.  Una pausa de Sabina se utilizó para presentar la banda compuesta por la cantante Mara Barros (coro), Jaime Asúa (guitarra), Pedro Barceló (batería), Laura Gómez Palma (bajista) y presentó al nuevo integrante de la banda, Borja Montenegro (guitarrista) que entró a sustituir a Pancho Varona, José Miguel Pérez Sagaste “Josemi Sagaste” (saxofón) y Antonio García de Diego (pianista, cantante y guitarrista).

Luego de la presentación de los músicos, destacó que tiene la suerte que en su banda casi todos canten.  Sabina salió brevemente del escenario para su cambio de ropa y le permitió a los sabineros puertorriqueños que disfrutaran la extraordinaria voz de la cantante Mara Barros en el tema Yo quiero ser una chica Almodóvar del exitoso álbum de estudio Física y Química de 1992.  Los registros de voz y la sensualidad se Mara Barros estuvieron deleitando a los allí presentes que la ovacionaron al terminar su ejecución.  El pianista Antonio García de Diego ofreció al público su versión de La canción más hermosa del mundo que en su final, Sabina se integró con su segundo cambio de vestuario. 

El nostálgico tema Tan joven y tan viejo fue extensamente aplaudido y un Sabina se quitó el sombrero para agradecer el gesto de los puertorriqueños.  A la orilla de la chimenea se acompañó de imágenes distintivas de su faceta como pintor de su serie de dibujos publicados bajo el título Garagatos bis.  El interesante soneto en que va enumerando las partes del cuerpo femenino que Sabina ha convertido en su patria y como dijo “alrededor no hay nada” han sido el universo e inspiración para sus composiciones en letras y en el pincel.  Continuó con Una canción para la Magdalena, el primero de los cinco temas seleccionados de ese extraordinario álbum 19 días y 500 noches.

Uno de los temas más coreados de Sabina en suelo puertorriqueño fue el éxito del álbum homónimo 19 días y 500 noches, que cantó tocando su guitarra acústica.  Los versos de ese poema musicalizado sirven de referente para extrapolar situaciones del día a día y hasta se podría atestiguar de la vivencia de amores que duran 19 días y, aun regalando las flores amarillas, por causa de las romerías se olvidan antes de 500 noches.  Al culminar, hubo un cambio de guitarra para la interpretación de Peces de ciudad.

Uno de los dúos emocionantes entre Mara Barros y Sabina estuvo enmarcado con la copla Y sin embargo te quiero que cantó Barros.  Al finalizarlo, se escucharon los acordes de uno de los temas más románticos de Sabina, del cual resaltó que compuso en respuesta a esa copla con el exitoso tema casi homónimo que tituló Y sin embargo.  De fondo, se encontraban decorando la pantalla un dibujo de un rostro femenino que resalta de su faceta como pintor.  Las cámaras enfocaron al publico cantando a toda voz el emotivo tema. 

La velada continuó con Princesa y un dibujo del torso de una mujer en que resaltaba el color azul, al que le siguió otro dibujo de una fémina recostada sobre sus rodillas y brazos.  Toda la banda se reunió frente al escenario para agradecer y despedirse de los sabineros puertorriqueños.  Salieron del escenario y el público comenzó a pedir a coro el “otra, otra” que fue respondido con el regreso de la banda para interpretar El caso de la rubia platino en voz del guitarrista Jaime Asúa, mientras se proyectaban en la pantalla dibujos de féminas con el estilo distintivo de los garabatos de Sabina en Garagatos bis.

El emblemático tema Contigo estremeció al público que le acompañó a cantarlo.  Le siguió el exitoso tema del álbum 19 días y 500 noches: Noches de boda con Sabina acompañando a la banda con su guitarra.  Los últimos dos temas para cerrar el fantástico reencuentro de Sabina con su fanaticada puertorriqueña estuvieron pertenecen al albúm del álbum Física y Química (1992).  Con su guitarra interpretó el icónico Y nos dieron las diez, que cambió por los platillos para en la interpretación de Pastillas para no soñar

Luego de dos horas y cinco minutos se dio por terminado el fantástico reencuentro de Joaquín Sabina con sus sabineros boricuas en el Coliseo de Puerto Rico. Mientras la banda se despedía de su público sonaba el final del tema La canción de los (buenos) borrachos de Fito Páez y Joaquín Sabina del álbum Enemigos Íntimos (1998).  El exitoso concierto Contra todo pronóstico Puerto Rico fue una producción de Cesar Sainz para Rompeolas Events.