Por: Amarilis Cintrón López-Historiadora
El Coliseo de Puerto Rico fue el escenario que Ricardo Montaner seleccionó para culminar la exitosa gira “Te echo de menos”. Un repertorio exclusivo, seleccionado para los puertorriqueños junto a una vistosa pantalla como recurso audiovisual y el carisma de Ricardo Montaner llevó a los asistentes al Coliseo José Miguel Agrelot a experimentar el pasado sábado, 30 de septiembre de 2023, dos horas y 10 minutos de romance y nostalgia. “La cima del Cielo, entre los temas que se reflexionan “A dónde va el amor” y “Será” que toda la magia que ocurre con “El poder de tu amor” fueron los temas iniciaron la velada de su cierre de concierto “Te echo de menos”, luego de haber tocado el corazón de los puertorriqueños a través de la mirada de los “Ojos negros”, título de la canción que fue el génesis del romance eterno con los boricuas.
La apertura del reencuentro de Ricardo Montaner con el público boricua la realizó la cantautora venezolana Claudia Prieto. «Extranjera» fue el primer tema con el que Puerto Rico se convirtió en parte de sus luceros, al hacer un sueño realidad. Invitó a la audiencia a olvidar el celular como lo hace en su reciente sencillo «Celular». Estrenó y cantó en vivo por primera vez el tema que sacará en octubre «Moralito» y culminó su participación con el tema «Bien pegao», antes de presentar a su compatriota Ricardo Montaner.
A las 9:00 de la noche, la imagen de un carrusel que, posteriormente estuvo rodeado de globos aerostáticos, fue el recurso audiovisual que complementó el tema “La cima del cielo” con el que Ricardo Montaner inició un viaje de memorias musicales que mantuvo al público eufórico a lo largo de todo el espectáculo.
En «La cima del cielo» mantuvo al público durante toda la noche.
A los primeros acordes del tema “Será”, se proyectó la imagen de una pareja tomada de la mano que se fue desvaneciendo, mientras se veían aves volando en la medida que la letra de “Será” destacaba como el amor se fue menguando.
De las ilusiones a cuestas del “Será”, continuó preguntándose “A dónde va el amor” que se lleva en el alma que se aleja como el viento; tema al que le siguió el éxito de “El poder de tu amor” con el que se intercalaban las voces de su público sirviéndole de coro. Entre fuertes aplausos, Ricardo expresó que recibió visitas en su camerino y le preguntaron “¿qué pensaba yo de Puerto Rico en mi vida?” Ante el público decidió abrirse de sentimientos y relató que “Todos, todos, todos esos sueños que yo tenía en Maracaibo, allá en Venezuela, todo se empezó a cristalizar aquí, en ésta misma ciudad. Cualquiera podría pensar que fue un plan de marketing, como que bien pensado y calculado; pero no.” Le relató al público el inicio de la historia de su vida musical con Puerto Rico, que se percibió cómo una historia de novela, pues justamente, faltaba una canción como tema para una telenovela que se transmitiría en la Isla.
Destacó que, en ese momento, cuando le pidieron a la casa disquera un tema, “no había listas ni canciones, en aquella época, ni de Guillermo Dávila ni de ninguno de los artistas que pertenecían a la misma compañía”. Entonces, los productores, aunque no tenían nada suyo, excepto un demo que guardaban en la gaveta y al enviarlo, le abrieron su “puerta de salida de Maracaibo, pero al mismo tiempo fue la puerta de entrada al corazón de cada uno de ustedes”, en referencia a cómo los puertorriqueños conocieron su capacidad interpretativa con “Ojos Negros”, tema musical que no dijo el título, pero indicó que la cantaría más adelante en el concierto. Los que vieron la telenovela venezolana “Enamorada” (1986) protagonizada por la puertorriqueña Zully Díaz y el venezolano Carlos Olivier muy bien recuerdan la versión traducida del italiano al español de Montaner, con la cual en 1985, Marco Rancati obtuvo el quinto lugar en el Festival de San Remo con el título “Occhi neri”, compuesta por el también italiano Rosalino Cellamare. Gracias a esa grabación de una canción de moda con la que Ricardo Montaner realizó el demo en el idioma español, se posicionó como uno de los artistas más destacados de la década de los 1980 y los noventa en el mundo de habla hispana en el que sigue vigente por la pasión que regala en cada interpretación, como si fuera el mismo chamo de hace cuarenta y tantos años atrás.
Su intervención, dejó claro que las razones para seleccionar a Puerto Rico para cerrar su gira de conciertos “Te echo de menos” es el resultado del lugar especial que ocupa la Isla en su carrera musical. “Vine esta noche especialmente por dos razones: la primera, a reconocerles a ustedes lo que han significado en mi carrera desde que comencé y lo segundo, …vine a cerrar la gira con broche de oro”, momento que aprovechó para agradecer a su equipo por traerlo y al público por darse cita. “Hoy voy a cantar más canciones que nunca, como es el último, espero que cuando se vayan de aquí, no salgan diciendo “oye, demasiado largo”; precisamente, fue lo contrario, las dos horas se pasaron volando y el público se quedó con los deseos de seguir escuchándole cantar por más tiempo.
La siguiente parte del concierto estuvo matizada por el romance que resalta en “Castillo Azul” y la primera taza de té que degustó en el escenario. Le siguió el clásico “Solo por un beso” compuesta por Fernando Osorio, con el que se robó los suspiros cuando se acompañó de su hijo Héctor Montaner y juntos transmitieron el sentimiento que inspira la letra. Algunos poetas han pronunciado que por un beso de los labios que le inspiran, reescribirían el Quijote entero y muchos han dedicado los versos que expresan todo lo que se logra “Solo con un beso” que estremece todo el cuerpo como dice la canción.
Un collage de imágenes, tipo arte cubista, se utilizó en ese exquisito tema que va “Resumiendo” el sentimiento de estar enamorado como muchacho de pueblo, al que le siguió el movido tema “Conga”. En lo que Ricardo Montaner realizaba su cambio de vestuario, la exquisita banda que le acompañó puso a gozar a los asistentes con la intro realizada para el tema “Conga».
El humor de Héctor Ricardo Eduardo Reglero Montaner, conocido por su segundo nombre y el apellido materno en el ambiente artístico, estuvo muy presente al interactuar con el público, antes de realizar el popurrí de éxitos que distinguen su trayectoria. Relató que, en cada país que visita, trata de conocer algo de la cultura a través de la gastronomía. Estando en Nueva York, al salir de su concierto en el Radio City Hall, pidió que lo llevaran a comer comida típica y lo llevaron a comer hot dogs. Ese relato fue el pie forzado para la anécdota que contó sobre una fanática y su hija, con la cual le sacó las carcajadas a la audiencia en su faceta del que si no hubiera sido cantante, pudo haber sido buen comediante.
La recopilación de éxitos provocó la nostalgia en el ambiente del Choliseo, a través del “Yo que te amé” y el tema “Yo sin ti”. Una imagen de unos ojos negros en blanco y negro se proyectaron en la pantalla, dando a conocer que seguiría el tema titulado “Ojos negros”, que fue precisamente su puerta de entrada a la Isla. “Con este tema toqué por primera vez el corazón de Puerto Rico” y que sigue revalidando, en cada presentación que le ofrece a los puertorriqueños. En “Ojos Negros” le entregaron una segunda taza de té y no de café como cuenta la historia de la canción que ocurrió en ese encuentro que relata cómo un café fue una excusa para una invitación a un encuentro con unos “Ojos negros en el cielo de una noche fría” con la chica de “labios rojos que me hablaban y yo no la oía” y que “llegó algo retrasada y nerviosa, mirando el reloj”. El sentimiento se hizo presente entre la exquisita interpretación y sus tonos agudos combinando letra con la proyección visual en la pantalla en el medio del escenario.
“Con este tema [«Ojos Negros»] toqué por primera vez el corazón de Puerto Rico” expresó Ricardo Montaner.
“Para llorar” y “Quisiera” continuaron la velada en su sección de nostalgia por los amores que no pudieron ser. Una hora y 12 minutos después de iniciado el concierto, el público pudo apreciar unos versos repletos de sentimiento que sirvieron de preámbulo al tema dedicado a una boca que se encuentra con otra boca; “Bésame” que compuso con su amigo José Luis Caplís Chacín. “¿Cuánta distancia hay, entre la mejilla y la boca? El camino es muy corto, pero a veces se hace tan eterno, tan largo. ¿Qué distancia hay entre el encuentro y el desencuentro?; es una línea tan, pero tan delgada. ¿Qué distancia hay entre la luz de tu mirada y mi asombro?; que es tan corto y tan lejano. Un día, un día jugaste conmigo y dejaste que me acercara, que me arrimara a la hendija de tus labios, para voltear la cara disimuladamente y dejarme en el camino” fueron los versos recitados antes de iniciar «Bésame”.
Hay muchas historias de los temas, que salen a relucir con el tiempo, tal cual pasó para muchos fanáticos que se enteraron en julio de 2021, a través de la participación de Ricardo Montaner en el concurso La voz Argentina, que «Mójame» era el título original de “Bésame”. Mójame, en alusión a las inundaciones que fluyen cuando se provocan las pasiones, no fue aceptado por el productor Bebu Silvetti y estando en el estudio de grabación, le indicó a Ricardo Montaner que debía modificar la letra. En ese momento, Montaner le pidió cinco minutos y reescribió el tema. Cambió el mójame por el bésame en muchas de sus líneas que hoy día muchos cantan y recitan.
“Tan sencillo que es para los artistas cantar canciones que la gente se sabe; es tan complicado cantar canciones nuevas. Y yo quiero, como que decirle la verdad, esta canción que viene no se la saben y entonces, claro, ustedes como sé que me quieren, van a hacer todo lo posible para que me sienta bien. Van a sonreír, mientras yo canto” mientras continuó con su fase de regalar su jocosidad, al interactuar con el público. Menuda sorpresa se llevó cuando el público cantó el tema “Te echo de menos” que da nombre a su gira. Se proyectó una pantalla simulando el panel de viajes en un aeropuerto, indicando en la columna de la izquierda los horarios y a la derecha, se veían las letras de la canción en la parte del destino, al viaje del que se exhorta a llevarse las luchas y pretextos de esa persona con la que faltaron sueños y sobraron las distancias, que se dijeron todo, pero nunca discutieron. Ampliamente aplaudida, continuó con el tema “Te adoraré”, acompañado de imágenes que resaltaban las flores.
El amor como motor de su línea musical continuó con “Tan enamorados” en el repertorio del nacido en Buenos Aires, que realizó su carrera en y desde Venezuela, que, a sus 16 años, inició en el ambiente musical como baterista de la banda Scala en 1973, que, por situaciones de la vida, llegó a ocupar el micrófono y que en 1974 grabó su primera producción musical. A la salida del escenario, el público pidió la ñapa de una manera muy original; se quedaron sentados y encendieron las luces de las pantallas de los celulares iluminando el Coliseo como luciérnagas en medio de la noche.
Gritos y aplausos se escucharon cuando Ricardo Montaner salió en su tercer cambio de ropa con una camisa blanca y dio las gracias por “haberlo acompañado al ensayo general que acababa de terminar”. La sección final de su concierto estuvo integrada por las melodías “Yo no fumo” que se acompañó de partes de la letra flotando en la pantalla que resaltaban símbolos y frases sueltas del tema. Tanto le gustó cómo el público acogió el tema “Yo no fumo” que grabó con Carlos Rivera, que la repitió. Resaltó que septiembre es un mes muy especial porque cumplió sus 66 años el día 8 y los 30 días de septiembre, para él son días 8, como día de celebración a la vida, “menos hoy, hoy cae 30 y es el cumpleaños, el primer añito de mi amado nieto Apolo”. Resaltó que su “corazón palpitaba fuerte pensando que quería dedicarle éste concierto a él, así que desde aquí hasta Madrid, va mi cariño y mi amor desenfrenado, mi pasión desenfrenada de abuelito por mi amado nietito Apolo.
“Si bien es cierto que no me conozco tu nombre y tu apellido, pues me he encontrado varias veces contigo, entonces, tengo la confianza de despojarme de esa capa que nos ponemos los artistas, un poco inútil a veces, porque nosotros no somos otra cosa que la voz de la gente que no dice las cosas». Entre aplausos continuo, diciendo “Entonces, nosotros estamos aquí para interpretar lo que muchos de ustedes callan, entonces tengo tanta confianza con ustedes, que esta noche de reencuentro desearía que se siga repitiendo, hasta que todos estemos viejitos”. Un cruce de dos luces blancas enfocó su silueta para iluminarlo en el inicio de su interpretación del icónico “Déjame llorar”, que se intercalaron con luces azules bordeando el escenario, dando una atmósfera de nostalgia a la que le siguió una oración agradeciendo al Creador las bendiciones y pidiendo que la fe de cada uno crezca cada día más, antes de interpretar el tema “La gloria es de Dios”.
Como último tema, se despidió de la gira “Te echo de menos” con “Me va a extrañar”. La capacidad interpretativa de Ricardo Montaner es un gran acierto que ha resaltado de su trayectoria musical de más de cuatro décadas. El público que asistió a la producción de Re Create Group, Inc. reconoce que tanto la banda, como el recurso visual y el sonido complementaron la experiencia sensorial, repleta de sentimiento que ofreció Ricardo Montaner en el Coliseo de Puerto Rico. Los boricuas sí lo echarán de menos y esperarán a que llegue el momento del próximo encuentro en alguno de los escenarios del suelo puertorriqueño para volver a gozarse esos temas dedicados al amor y a esos amores destinados a no ser eternos. Una trayectoria que inició con los “Ojos Negros” en 1986, 37 años después, sigue en un romance vigente entre el argentino-venezolano que también se siente un poco puertorriqueño, como manifestó en su cierre de gira “Te echo de menos”.