Por: Eileen Bajandas Vázquez
El Centro de Bellas Artes nos transportó a un mágico encuentro con la gran figura de Braulio. El espectáculo titulado Sie7te décadas y algo más… cumplió su prometido. La sensación era de haber viajado a un país distante y hospedarse en la casa de tu mejor amigo que para colmo es divertido, carismático, pícaro, conversador, un caballero y si esto fuera poco es un romántico empedernido y un cantautor de primera línea. Sin lugar a dudas este artista sabe entretener y enamorar a su público.
La tarima se vistió de negro con destellos rojos anticipando que sería una velada llena de romanticismo. El público lo recibió como se recibe a un amigo que tanto se extraña. Sobran las palabras fue su primera interpretación y el cual certifica que Braulio cuenta con una voz melodiosa y seductora. Sus canciones provocaban que sus fanaticadas en varias ocasiones les expresaran al cantante su admiración.
Un Braulio jocoso se dirige al público recordando su última presentación en la isla donde sufrió una caída causando fractura en su brazo. El cantante se dirigió varias veces a la audiencia para hacerlos cómplices de anécdotas vividas, recuerdos y hasta chistes que causó que el público no dejara de reir y sentirse como en su casa.
Canciones como: La más bella herejía, El vicio de tu boca, Que tentación, Noche de boda, Morir en San Juan y Crónicas de un viejo amor , provocaron que su público cantara junto a él y como dice una interpretación de nuestro Roy Brown, “Que cualquiera canta con solo abrir la garganta y echar el alma a volar” y precisamente allí se quedó el alma de un público enamorado.
Una parte que provocó diversión lo fue la crítica jocosa que hizo Braulio cuando escucha sus canciones en géneros como salsa, merengue o bachata y decidió invertir la situación y cantar una canción que hizo famosa Wilfrido Vargas ( El Africano), en versión de balada romántica y que provocó que el público estallara en risas.
Canciones como Navegar en ti, Maleficio, Amor de Sal y Quién dijo que eso no es amor, fueron interpretadas magistralmente.
Cabe señalar que un concierto no es exitoso si el artista no se hace acompañar de extraordinarios músicos. La banda que acompañó a Braulio estaba compuesta de grandes Maestros: Héctor Colón ( Batería y Director), Eduardo “Sabú” Rosado (Percusión), Ricardo Eddy Martínez ( Piano), Juan Carlos Rodríguez (Guitarra), Fernando Muscolo ( Teclado), Ramón Luis Irrizarry (Bajo), René Toledo( Guitarra), Rafael Robles ( Roadie), David Ortíz (Roadie), Yanita Torres (Coro) e Iris Martínez (Coro). Entre Braulio y sus músicos se respiraba un aire de complicidad y amistad que solo un artista seguro de sí y sin pretensiones puede lograr con un grupo de talentosos Maestros en la música.
El gran artista no podía abandonar el escenario sin antes felicitar al pueblo puertorriqueño por lograr una gran hazaña de combatir la corrupción sin violencia y llevando un mensaje al mundo que los grandes cambios pueden darse de forma ordenada. El público no lo dejó despedirse sin una última canción que pedían desde el inicio, Bancarrota, el cual al finalizar provocó de forma espontanea una ovación dejando al artista emocionado y agradecido.
Una noche para recordar, enamorarse y vivir la vida teniendo siempre como escudo el amor en todas sus manifestaciones. Bravo Braulio!…
Soy un ex-compañero de estudios de Braulio allá por los años 1963-1965,y siento una profunda admiración por sus canciones,por su estilo y su voz,y por sus éxitos.Siempre le aconsejo que siga disfrutando todo lo que pueda,porque es un DON muy importante el que tiene,y nos hace sentir felices a mucha gente.